Un paro de controladores aéreos en reclamo de mejoras salariales afectó ayer a una decena de vuelos de distintas compañías comerciales que sufrieron demoras y cancelaciones en el Aeroparque Jorge Newbery de Buenos Aires, lo que afectó a miles de pasajeros, entre ellos muchos mendocinos (ver aparte).
La medida de fuerza se extendió hasta las 11 de la mañana, cuando los representantes gremiales de los controladores en conflicto acataron la conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo.
Los vuelos cancelados -a Tucumán, Salta, Jujuy, Mendoza y Neuquén- afectaron a pasajeros de LAN, Aerolíneas Argentinas y Austral, que demoraron hasta promediar la tarde la reprogramación de los servicios, generando protestas y mucha bronca entre los hastiados pasajeros que, en muchos casos, estuvieron hasta 10 horas varados en Aeroparque.
La medida de fuerza había sido anunciada por los controladores aéreos para plegarse a un paro de 24 horas que ATE dispuso hace dos días (y que en Mendoza afectó sobre todo al servicio de salud).
Así lo precisó también el comunicado de la Subsecretaría de Transporte Aerocomercial, al aclarar que la medida fue liderada por "una rama minoritaria" de los controladores aéreos.
Tras el anuncio a media mañana por parte del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, de que se había decretado la conciliación obligatoria por tratarse de "un servicio público esencial", Aerolíneas Argentinas y Austral anunciaron que sus servicios serían afectados por "demoras o reprogramaciones" por la medida de fuerza de los controladores aéreos.
Al hablar con la prensa en la Casa Rosada, Capitanich indicó que dialogó con el ministro de Trabajo, Carlos Tomada. "Ha propiciado la conciliación obligatoria. Se han identificado problemas o conflictos laborales en tres lugares: Córdoba, Tucumán y Mendoza", señaló.
En medio de la confusión por las largas esperas y la falta de información, las compañías aéreas debieron esperar hasta la tarde para reprogramar los vuelos, afectadas por lo que se denomina "efecto dominó" que derivó en hasta 8 horas de atraso en algunos servicios.
Es que pese a la conciliación obligatoria, los operadores de vuelo mantuvieron durante la jornada un estado de "asamblea" analizando la situación respecto a reclamos salariales y de condiciones laborales, por lo que sólo se recibieron algunos planes de vuelo presentados por las compañías y que generalmente son ingresados al sistema desde alguna oficina en el interior del país.
Esta situación derivó en un movimiento sumamente reducido de las operaciones aéreas y en algunos casos las demoras superaron las ocho horas.