Sí fue córner. Y de córner. Y de cabeza. Y de Funes Mori. Cómo no recordar aquel “no fue córner” si las sensaciones son las mismas, pero con diferentes rivales y distintas dimensiones, obvio.
Aquella vez fue en el Superclásico con Boca, imborrable; y en esta ocasión frente a Newell’s en Rosario. Coincidencia: ambas fue para darle el triunfo a River, que se siente el más líder, lejos. Porque le sacó cuatro a Lanús, que lo persigue, y se afianza en la cima del torneo.
No fue fácil la construcción de esta victoria para River. Le costó porque el local no era un rival sencillo. En el PT la pelota estaba más por el aire cuando Gallardo pedía que jugaran a dos toques. El fútbol no aparecía y Newell’s de a poco empezó a inclinar la cancha.
Pero nada para preocuparse demasiado, porque chances de peligro sólo generó una: Figueroa habilitó a Muñoz y Barovero le ganó el duelo. ¿Hubo penal de Mercado a Maxi Rodríguez? El empujón existió, aunque haya sido leve, existió. Pero Pitana no cobró.
Gallardo estaba disgustado por cómo jugaba River. Parece que el reto en el vestuario hizo efecto porque salió a la segunda parte a demostrar por qué es el puntero. Le quitó la pelota a su rival y lo arrinconó en su campo. Le costó la gestación de juego, por eso apeló a las pelotas paradas o, mejor dicho, los corners.
En la primera, cabeceó Mercado y la sacó Ustari. La siguiente, testazo de Boyé y la bocha dio en el palo. Y la tercera, la vencida, Funes Mor la fue a buscar al primer palo y gol de River, de triunfo, de líder, de lejanía...
A Newell’s se le escapó la chance de acercarse a la cima y la gente ya le pide ganar el clásico que se viene frente a Rosario Central. River volvió a ganar (hacía dos fechas no lo lograba) y se consolida en el primer puesto.