El accidente nuclear de Fukushima, en Japón, provocó un aumento relativo del riesgo de cáncer en las zonas más afectadas cerca de la central, estima un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), hecho público ayer en Suiza. El estudio deduce que el accidente de Fukushima, ocurrido en 2011, “no debería suponer ningún aumento perceptible de los riesgos para la salud en el exterior de Japón”.
Los expertos estiman que en un radio de 20 km alrededor de la central accidentada por un violento terremoto seguido de un tsunami, el riesgo de cáncer de tiroides entre las mujeres y los niños se ha incrementado un 1,25%, en comparación con un 0,75%, el índice común.
En 1986, después del accidente de Chernobyl en Ucrania, se detectó un aumento considerable del número de cánceres de tiroides entre los niños.
La OMS insiste en este informe en la necesidad de hacer un seguimiento durante años de las poblaciones más expuestas, y de vigilar los alimentos y el medio ambiente.