El ex presidente peruano Alberto Fujimori salió el miércoles de la clínica en la que estuvo internado más de 100 días y retornó a la cárcel para retomar su sentencia de 25 años de prisión, luego de que se anuló el indulto que le dio breve libertad antes de la Navidad de 2017.
Decenas de simpatizantes gritaron con megáfonos ``íesto no es justicia, esto es venganza!" cuando el vehículo que lo transportaba salió de la clínica privada Centenario Peruana Japonesa rumbo a la misma prisión en la que estuvo encarcelado una década y en la cual será el único reo, tendrá un médico general, tres enfermeras y una ambulancia para ser trasladado en casos de emergencia.
Un funcionario del gobierno del mandatario peruano Martín Vizcarra confirmó a The Associated Press que encargó al ministro de Justicia Vicente Zeballos contratar un cardiólogo para que monitoree la salud de Fujimori, de 80 años, quien tiene dolencias cardiacas y presión alta.
Antes de que Fujimori abandonara la clínica recibió la visita de su hijo preferido Kenji Fujimori y de su médico de cabecera Alejandro Aguinaga, quien le dijo luego a la prensa que el expresidente había conversado con psicólogos antes de volver a prisión.
``Alberto Fujimori no es de fierro, tiene afectos y sentimientos; esta situación lo deprime", dijo Aguinaga, quien también fue su ministro de salud.
En una carta de Fujimori publicada en su cuenta de Twitter, el ex mandatario escribió: ``a mis hijos y a mis nietos les digo: estoy seguro que el juicio de la historia será más justo que el juicio de los enemigos políticos conmigo", en referencia a los logros de su gobierno: el control de una hiperinflación y la derrota del grupo terrorista Sendero Luminoso, problemas que tenían a Perú al borde del abismo.
La cárcel a la que volverá está ubicada dentro de una extensa base policial rodeada de colinas polvorientas y barriadas, en el este de Lima. En esa prisión, donde permaneció desde 2007 hasta 2017, el ex presidente cultivaba rosas, pintaba, escuchaba óperas interpretadas por María Callas, recibía visitas frecuentes de sus seguidores e incluso de políticos jubilados y en actividad.
Será la primera vez en la historia de Perú en la que un ex presidente estará en prisión al mismo tiempo que su hija, la lideresa opositora Keiko Fujimori, de 42 años, quien fungió como primera dama durante el decenio que su padre gobernó (1990-2000) y está recluida en una cárcel limeña para mujeres por tres años mientras la fiscalía la investiga por sus nexos con la constructora brasileña Odebrecht.
Fujimori, un ex profesor universitario de matemáticas que ganó las elecciones presidenciales en 1990, retomará su condena de 25 años de prisión por su autoría intelectual en el asesinato de 25 peruanos a manos de un escuadrón militar que combatía a Sendero Luminoso con métodos de guerra sucia y, según los jueces, con conocimiento del Fujimori entre los sangrientos años de 1991 y 1992.