Recientemente se cumplió el aniversario número 152 del mayor terremoto que se produjo en Mendoza y que cobró más de 6 mil vidas.
El 20 de marzo de 1861 marcó un antes y un después para la historia de Mendoza por la magnitud del siniestro pero la tragedia de 1861 no fue el único movimiento telúrico memorable que tuvo nuestra provincia.
La movida de Santa Rita
En aquella tranquila aldea mendocina del siglo XVIII, precisamente el 22 de mayo de 1782, la comunidad conmemoraba a Santa Rita de Cascia.
El reloj marcaba las 16 cuando un sismo sacudió a todas las casas. En ese momento, muchos salieron despavoridos a las calles por la fuerza del movimiento.
Mientras muchas paredes caían, algunos importantes templos evidenciaban rajaduras, principalmente el de los franciscanos, que quedó inhabitable. El Cabildo y otros edificios públicos también sufrieron daños serios.
En días posteriores, las réplicas siguieron en menor escala y la gente prefería permanecer afuera de sus casas. Durante varias noches, muchos durmieron en la plaza mayor y otros sitios descampados.
Se cree que la magnitud fue de 7 grados en la escala de Richter. Éste fue el primer antecedente que se recuerda.
Una bisagra en la historia
En la noche del 20 de marzo de 1861, a las 20.36, un gran estruendo estremeció la ciudad y sus alrededores. Los edificios comenzaron a moverse de este a oeste y luego a desplomarse, sepultando a miles de personas en un solo instante.
El polvo se elevó en la atmósfera; de repente el cielo y la luna de esa noche quedó tapada totalmente por la tierra. Los afortunados habitantes que estaban de pie no podían respirar y se ahogaban por las partículas suspendidas en el aire.
Muchos salían entre los escombros semidesnudos. Cuando la calma llegó, las personas comenzaron a trasladar a los heridos a lugares más seguros. Otros, desesperados, intentaban desenterrar con las manos a familiares y parientes.
El zanjón de la ciudad se desbordó y causó un pequeño tsunami que inundó algunos sectores, haciendo que el barro dificultara más la búsqueda y socorro de las víctimas. Para colmo, se sumaron varios incendios que consumieron muchas construcciones que habían quedado dañadas.
Aparte de estas desgracias, los sobrevivientes se enfrentaron a saqueadores, quienes despojaban a los muertos de objetos valiosos: anillos, joyas y dinero, en medio de la confusión reinante.
Fue la peor tragedia sísmica que tuvimos los mendocinos.
Después de tanto tiempo
Habían pasado más de cuarenta años de aquel terremoto de 1861. Los relojes marcaban las 22 del 12 de agosto de 1903. Una parte de la población estaba durmiendo; otros se encontraban en confiterías o cenando en restaurantes. De repente, un violento movimiento de tierra hizo despertar a todo el mundo.
Muchas casas fueron destruidas, otras quedaron con sus paredes averiadas. Se produjo un corte general de luz. En la confitería “El Progreso”, una veintena de personas corrieron atropellándose mesas y sillas para salir a las calles.
Media hora después, las fuerzas de seguridad reportaron graves daños en muchos edificios. Se agrietaron las murallas del Hospital Provincial (aún en construcción), el andén y la sala de guardia de la Estación del Ferrocarril Gran Oeste Argentino. La torre principal del Templo de San Francisco presentó grave peligro de derrumbe, al igual que la Iglesia de San Nicolás, que luego fue demolida. Aparte de las pérdidas materiales, se registraron varios muertos y una centena de heridos.
En el Sur también tiembla
Eran las 5.30 del jueves 30 de mayo de 1929. Todo parecía tranquilo. La mayoría de la población dormía en la fría madrugada. De repente, un sacudón despertó súbitamente a todos. Muchos mendocinos pensaron que el terremoto había sido en Chile, pero no se imaginaban que el epicentro estaba en el Sur de Mendoza.
En Colonia Las Malvinas, Villa Atuel, General Alvear y San Rafael, cientos de casas con sus pobladores habían sucumbido. Fue todo cuestión de segundos. Muchas familias murieron en aquel triste episodio.
Aunque vecinos y rescatistas removieron los escombros de las pocas casas que quedaron en pie, fallecieron 40 personas y hubo cientos de heridos.
Más cercano en la memoria
La mayoría aún recuerda aquella madrugada del 26 de enero de 1985, cuando otra vez la tierra se movió con fuerza. Todo el Gran Mendoza fue sacudido con gran violencia. Las zonas más afectadas fueron las de Villa Marini y Villa Hipódromo, en el departamento de Godoy Cruz. También Las Heras y Capital sufrieron graves daños. Miles de viviendas quedaron destruidas o dañadas.
En aquella luctuosa noche, fueron 6 los muertos y más de 200 heridos. El epicentro se ubicó en la zona de Las Barrancas, Maipú y tuvo una magnitud de 6 grados.
Estos fueron algunos de los terremotos que afectaron con gran intensidad a nuestra población.