El Nacional ‘70 para Gimnasia significó algo muy especial porque consiguió el sueño dorado, lo que faltaba para la consagración máxima del fútbol preciosista del club, ese del toque y el estilo romántico, que comenzó con el debut del Víctor en 1956 y el gran campeonato obtenido en el ‘64. Todo eso, con el campeón de 1969 se plasmó con la clasificación a ese primer Nacional. El gol de Carlos Aceituno en la recordada segunda final ante San Martín en ese año 69 es considerada la conquista más importante en la historia de Gimnasia porque representó el pasaporte al Torneo Nacional del año siguiente.
La campaña del Lobo en ese torneo resultó muy meritoria. De hecho, en el debut se le ganó claramente a Chacarita Juniors, que venía de ser campeón en el año 69. Ya desde el comienzo el equipo mostró sus cualidades y su gran estilo futbolístico, fue un partido que los hinchas de Gimnasia no olvidaremos jamás porque fue un triunfo muy contundente con un estupendo partido de todos ‘Los Compadres’, además del ‘Documento’ Ibáñez y Juan de Dios González. Así fue como con su fútbol de provincia, Gimnasia llegó a destacarse en el fútbol grande más allá de que la mayoría de sus jugadores no eran tan jóvenes.
No obstante eso, se dio el gusto de llevar adelante partidos de gran nivel y vencer a rivales como Chacarita, San Lorenzo y River. Ese Nacional lo terminó invicto en condición de local, un privilegio que mantuvo en 1971 y recién pasada la mitad del Nacional ‘72 vino a perder de local contra Desamparados de San Juan (2-3). Particularmente los dos partidos que ganó sobre el final frente al Ciclón, en una noche realmente inolvidable, y el triunfo en la última fecha ante River fueron dos triunfos espectaculares. Legrotaglie fue la gran figura ante River, tuvo una actuación brillante y recuerdo que hizo una jugada extraordinaria frente a la popular Sur: mantuvo la pelota sobre su cabeza durante un rato largo frente a una gloria como Ermindo Onega que no se la pudo sacar. Fue inolvidable.