No fue una buena noche para el Lobo. Sin que la noche llegara a ser desastrosa, el equipo no jugó del todo bien y terminó cayendo en la maraña defensiva que le propuso Unión de Villa Krause y no pasó del 1-1. Para la visita anotó, en la primera etapa, Pablo Alvarenga, tras un corte de luz que se extendió por 40 minutos.
El tanto del empate, y del alivio, llegó sobre el final de complemento a través de Juan Carlos Ferreyra. A esa altura de la noche, el murmullo de la platea y el "movete Lobo, movete" que bajaba de la popular despertaba una verdad dura como un puño: el rendimiento estuvo lejos de lo esperado. Los dos equipos saltaron al campo de juego con iguales números telefónicos, pero fue el visitante quien mejor entendió como plasmarlo.
El "Lobo" abusó de la posesión y el toque comenzó a hacerse intrascendente apenas pasada la mitad de la cancha. Unión VK, más vertical, inquietó por los costados y dejó en claro que su objetivo era lastimar en el espacio vacío. Nada de ocupar espacios porque sí; esa planificación fue la que le dio réditos a la hora de correr hacia la valla rival.
Con Carranza lejos de su mejor nivel, el equipo careció de conductores y, casi sin querer, en el complemento, a partir de los cambios de Labruna, se volvió vertical, provocando el retroceso de su rival.
Fue ahí cuando jugó más cómodo, casi sin sufrir sobre la valla de Alasia. Claro, faltaba el gol del empate y muchos ya comenzaban a mostrar su enojo. Hasta que apareció el "9" para calmar un poco la ansiedad de tantos. Pudo ganarlo en una última pelota parada sobre el área sanjuanina, pero hubiese sido injusto. Quedó una sensación amarga, aunque se mantuvo el invicto y no es poco.
