La fiesta del domingo estaba preparada y el estadio Libertador General San Martín, vestido para la ocasión. No era para menos. Después de 17 años, Atlético Club San Martín volvía a competir en un certamen organizado por la AFA. El antiguo Nacional 80 había sido su última incursión por el fútbol grande. El estreno en la segunda categoría del fútbol argentino era nada menos que ante uno de los firmes candidatos al ascenso: Talleres de Córdoba.
El Rey León, que había logrado el histórico ascenso al Nacional B unos meses antes con el histórico gol de Marcelo Bertolini, se reforzó con 15 futbolistas: Bernabé, Alegret, Osvaldo Almeida, Cuello, Cabrera, “Carlín” Giménez, Marcelo y Pablo Salvatierra, Walter Cuvertino, Di Marco, Dolso, Naves, Gustavo Agüero, La Grottería y Arzubialde.
Un plantel armado a imagen y semejanza del entrenador Alberto “Tachuela” Garro, dueño del exclusivo récord de haber ascendido a Godoy Cruz y San Martín al Nacional B.
El duelo ante la ‘T’ cordobesa empezó con toda la efervescencia de un Chacarero empujado por el aliento de su gente. Al minuto, Di Marco ejecutó un tiro libre que no pudo ser contenido por Cuenca y el León casi se pone en ventaja.
Pero el Albiazul cordobés (que luego ascendió a Primera tras una recordada definición por penales ante Belgrano) tenía jerarquía: ‘Petete’ Hernández asistió a ‘Cachi’ Zelaya y el histórico artillero tucumano no perdonó: 0-1.
El ‘Chacarero’ sintió el impacto y fue por el empate. A los 25’, Carlos Riquelme -el último gran ídolo de San Martín- cayó en el área y el árbitro Pascualino sancionó penal. Lo ejecutó Di Marco y el arquero Cuenca se lució desviando el remate al córner sobre su izquierda.
En el complemento, el León lo empató vía Di Marco, quien tuvo revancha por el penal fallado y, además, marcó el primer tanto de San Martín en el Nacional B: 1-1 y crédito abierto para un equipo que debía adaptarse a la categoría.
A la semana siguiente, otra vez en el estadio de Lavalle y Ruta 50 lució con un mejor marco que en el debut. Pero el León no pudo ante Belgrano y cayó 1-0. La primera salida con derrota ante Cipolletti marcaría lo que fue ese certamen para el Albirrojo cada vez que jugó de visitante, un suplicio.
De hecho, sólo ganó un partido y fue en la zona permanencia frente Douglas Haig (2-1) en Pergamino.
Luego de la forzada salida de Garro y el papelón de Tardivo (dirigió 4 partidos y se fue), Tamagnone tomó las riendas. Y para la Permanencia, se sumaron La Grottería, Agüero y el Arzubialde. El equipo no sólo mejoró, sino que fue puntero durante gran parte del certamen y, por promedio, se salvó en la última fecha.