En poco segundos, un incendio convirtió la casa de la familia Domínguez en Godoy Cruz en una trampa mortal. Los hermanitos Martina (2) y Benjamín (7) murieron adentro del departamento ubicado en calle Córdoba. Su padre, Pablo Domínguez (36), falleció en la tarde de ayer. El fuego, en una rebuscada coincidencia, marcó al barrio porque Pablo había salvado de un incendio desatado días antes a una nena que vive a media cuadra.
Ayer, cuando faltaban 5 minutos para las 17, en el hospital Lagomaggiore, donde Pablo había quedado internado junto a su mujer María Lara (34), se constató su fallecimiento. El Ministerio de Seguridad se encargó de comunicar oficialmente la triste noticia.
Sin dudar un instante, la noche del jueves, vecinos se convirtieron en heroicos rescatistas, de la misma manera que Pablo Domínguez lo había hecho el pasado domingo, pero lamentablemente poco pudieron hacer.
Hace menos de una semana, el hombre que falleció ayer ingresó a una casa ubicada a la vuelta de donde vivía con sus hijos y su pareja. En un heroico rescate logró salvar la vida de una niña de 7 años, quien fue gravemente herida.
Las llamas habían comenzado a destruir el living y parte de la cocina de la vivienda ubicada en calle Colón al 1100. Cerca de las 21.30 de ese día, Domínguez ingresó para rescatar a su pequeña vecina, que fue trasladada al hospital Notti, donde los médicos la asistieron por quemaduras en el rostro e inhalación de monóxido de carbono. Luego quedó en terapia intensiva.
Cuatro días después el fuego llegaría a su casa pero, desgraciadamente, nada pudo hacerse para impedir la muerte de los niños y luego la del padre.
Un nuevo infierno
Faltaban apenas unos minutos para las 20 del jueves cuando los gritos desesperados de María alertaron, primero a sus suegros, quienes viven abajo, en la casa original del barrio de clase media. Luego, casi en simultáneo, a su vecina de atrás. Por la ventana enrejada de su habitación María suplicaba ayuda.
La puerta principal, única salida del departamento, estaba bloqueada por el incendio y el humo los estaba asfixiando. Hace unos cuatro años la pareja había logrado construir con un crédito Procrear un departamento de dos habitaciones arriba de la casa familiar de Pablo. Allí vivían junto a sus dos hijos.
La ayuda llegó de inmediato. Antonio, padre de Pablo, subió las escaleras e intentó abrir la puerta pero no lo logró: además de la temperatura extrema que había alcanzado la chapa, algo la trababa desde adentro. Enseguida se sumó Federico, un vecino de 25 años y amigo de la familia.
"Logramos abrir apenas un poco la puerta, una silla la trababa desde adentro. Por ahí metí un matafuego y lo disparé contra las llamas. Después conectamos una manguera y pudimos apagar el fuego", relató a Los Andes Federico, aún shockeado y con algunas quemaduras sufridas en el desesperado rescate.
Barrio de vecinos heroicos
El fuego no alcanzó a afectar la vivienda completa. Federico y otros vecinos lo extinguieron en poco tiempo. "Las llamas no superaban los dos metros", describió el joven. Sin embargo, nadie imaginaba el horror que encontrarían en el interior.
Federico fue el primero en entrar. "El problema era el humo. No podía dar dos pasos que tenía que salir a respirar", dijo. En medio de la oscuridad, el amigo de la familia intentó guiar a los bomberos y policías que ya habían llegado.
Los testigos aseguraron que el fuego se localizó en una salamandra a leña que la familia había colocado en la entrada de la vivienda; esto les bloqueó la única vía de escape. Los primeros peritajes de Bomberos ratificaron esa hipótesis. Según se informó oficialmente ayer, este artefacto tomó una alta temperatura que entró en combustión con elementos inflamables cercanos y así se originaron las llamas, que ganaron rápidamente el lugar, ayudadas por un sillón ubicado al lado.
El espeso humo y la oscuridad complicaban el rescate. Federico se focalizó en encontrar a la menor. "Era amiguita de mi hija, no podía dejar de pensar en ella". Este vecino, alumbrando con su celular e intentando no desmayarse por la falta de oxígeno, llegó hasta una de las habitaciones. "Busqué hasta debajo de las camas, pero no encontraba a Martina", recordó. La pequeña ya había dejado de existir; su cuerpo estaba al lado de la salamandra. "Por la desesperación y los nervios no la había visto", aseguró consternado.
En medio del frenético tanteo a oscuras, localizaron el pie del padre de la familia. "Con la ayuda de un policía lo pudimos arrastrar hasta afuera", detalló Federico. Minutos más tarde, bomberos confirmaron otra muerte: la de Benjamín. El niño estaba en la habitación junto a su madre, quien aún mostraba signos vitales. Ella y su marido fueron trasladados de urgencia al hospital Lagomaggiore en gravísimo estado. María pelea por su vida pero su esposo Pablo no pudo más.
“Fue una explosión”
Peritos inspeccionaron minuciosamente ayer en la mañana la vivienda de la familia Domínguez mientras los vecinos insistían en que se había producido una explosión. "Pablo está todo quemado y él estaba a varios metros de la salamandra, donde se focalizó el fuego. Esto quiere decir que algo explotó", analizó Federico ayer por la mañana, cuando la víctima seguía con vida. El padre de Pablo también aseguró que escuchó un estruendo previo al siniestro.
En un primer momento, desde el Ministerio de Seguridad se informó que el siniestro se habría producido por "una conexión de gas natural del tipo casera". Pero esto fue rechazado enérgicamente por la familia de las víctimas. "Tenían todo habilitado. Ellos construyeron con un crédito Procrear, donde te exigen inspecciones permanentes. No hay nada ilegal y menos precario", remarcó José Domínguez, hermano de Pablo.
María lucha por su vida
La jefa del servicio de Terapia Intensiva del hospital Lagomaggiore, Graciela Zakalik, ofreció ayer por la mañana el parte médico de la madre y esposa de las víctimas fatales. Según la profesional, María Lara "ingresó como consecuencia de quemaduras por fuego en rostro, vías aéreas y pulmón. Abarca el 5% de la superficie corporal, es de tipo AB".
"Actualmente se encuentra en estado crítico, en muy mal estado general, bajo asistencia respiratoria mecánica, en coma inducido con inestabilidad hemodinámica siendo su pronóstico reservado al momento", agregó Zakalik.
Pablo Domínguez presentaba "quemaduras de fuego de tipo B en un 95% de su superficie corporal que comprometió sus vías aéreas y pulmones". Por eso su lucha por sobrevivir terminó a las 16.55 de este viernes.