Se la llevaron cuando jugaba en el jardín de su casa en la ciudad bonaerense de Marcos Paz y, pese a la intensa búsqueda policial, no dieron con ella. "Fue un ajuste narco entre mi abuelo paterno y las personas que me secuestraron", contó María Fernanda, quien recordó que ocho meses después de que se la llevaran su padre y su abuelo -Fernando y Horacio Esquivel- fueron detenidos acusado de integrar una banda que asaltaba comercios y traficaba droga, según informó La Capital.
Actualmente vive en Rosario y se decidió a contar su historia porque sus apropiadores la "están amenazando" y, según confesó, tiene "mucho miedo". También, porque está convencida de que "uno nace con el derecho a saber quién es" y su testimonio puede "ayudar a quienes estén atravesando una situación similar".
La búsqueda de María Fernanda, en 1995 contó con un amplio despliegue policial e incluyó rastrillajes por la zona y patrullajes en helicóptero, llegó a Missing Children y también a Facebook, donde la madre biológica de la joven de 28 años, posteó un video en el que contaba su historia pidiendo información sobre el paradero de su hija.
El mensaje fue efectivo porque la joven, que vive en la ciudad de Rosario, se contactó con su madre biológica. "Hablé con ella por privado", contó María Fernanda, preservando los detalles de la conversación. La joven fue víctima de una "vendetta" narco y luego fue "vendida", según reveló, a sus apropiadores.
"La primera vez que la vi fue demasiado fuerte, estaba sentada en bulevar Oroño frente al instituto y la vi venir caminando y es como que se te completa el alma y son recuerdos que te vienen los recuerdos", relató la joven, y agregó: "No me acordaba de ella, se me venían formas de los cuerpos pero no las caras, pero sí la reconocí cuando le vi las manos, el roce de la piel, fue muy fuerte".
"La gente que busca a un hijo, a un hermano o algo, que lo busquen, que no pierdan esas esperanzas, porque va a aparecer", concluyó su relato, y enfatizó: "No pierdan esas esperanzas, porque mi mamá me encontró después de 24 años. Ella nunca lo hizo, me dijo que siempre pensó que estaba bien y que estaba viva y que se iba a morir viéndome".