Fue otra velada memorable

Una histórica reunión entre glorias de una época dorada de nuestro box se juntaron para revivir aquellos momentos. Hubo un invitado especial: Laciar.

Fue otra velada memorable

La retrospectiva de una época dorada del boxeo mendocino invadió el lugar entre abrazos y el reencuentro entre tres grandes; Santos Benigno ‘Falucho’ Laciar, Balbino Soria y Rufino Narváez. Faltó el cuarto integrante, clave en esta historia, Gustavo Ballas, quien faltó por problemas de salud.

Estos pequeños gigantes que deslumbraron en la división mosca, supermosca y gallo ofrecieron batallas memorables en distintos escenarios, muchas de ellas en el estadio Pascual Pérez. Un encuentro e iniciativa del árbitro Francisco Wolfhart (fue quien los dirigió en sus peleas a los 4 fantásticos), un histórico del boxeo mendocino y Soria.

Una juntada que terminó convocando en un asado a otras figuras del box y el fútbol; Pablo Chacón, Osvaldo Corro, Patricio Díaz y Hugo Ramírez. Edgardo Fumagali, Cacho Garay,  Chinaglia Vidal, Rubén Olmos,  Juan Bizzutti, entre otros.

A fines de los ‘70  y principios de los ‘80 eran días que el boxeo vibraba al ritmo de nombres y clubes, al igual que es el fútbol. El Pascual Pérez reunía los simpatizantes del Mocoroa de Don Paco, la escudería de los hermanos Mora, el Firpo de Don Diego Corrientes o el de Marcelo Tejero, pupilo de Bermúdez. Era un duelo de estilos, de calidades. Entre esos personajes estaban Ballas, Rufino, Falucho y Soria. Tuvieron batallas históricas entre ellos.

Lo curioso de estos titanes es que ninguno era mendocino tres de ellos cordobeses y Rufino, riojano, aunque creció en Mendoza. Todos llegaron atraídos por la famosa escuela de boxeo local. Falucho Laciar (Tres veces campeón mundial; 2 mosca (AMB y CMB) y supermosca -Confederación Mundial de Boxeo-) y Soria se enfrentaron en dos ocasiones.

La primera en abril del ‘78 en Huinca Renancó, donde empataron. Y el 14 de diciembre del mismo año, se impuso Balbino por puntos y le quitó el invicto. “Era un tiempo hermoso del boxeo ¡Había que ser campeón argentino o sudamericano. Ni hablar de campeón del mundo!. Era una gran época y pudimos vivirla, disfrutarla y hoy contarla como grandes amigos”, dice Soria.

“Me hice profesional a los 17 años y cuando tenía 14 peleas me ofrecieron pelear con Ramón Balbino Soria, algo que nos parecía muy lejano. Él era el auténtico campeón argentino, era muy difícil ser campeón en esa época. Fue a Huinca y peleamos, empatamos. Fue una gran experiencia. Nunca había llegado a los 10 rounds siempre gané antes del límite. Fue pareja y difícil la pelea. Un momento maravilloso en que aprendí mucho. Hicimos la revancha en Mendoza y Pancho Wolfhart fue el árbitro. Ganó Soria. Pero a mí esa derrota me preparó para otras cosas a nivel mundial. Se construyó una amistad hermosa con Soria y Rufino, con quien peleamos aunque éramos de categorías diferentes. Mirá hoy compartiendo un almuerzo y ayer un asado. Esto nos dejó esa época dorada. Arriba era la lucha y abajo la amistad”, dice Falucho.

“El deporte tiene esto de maravilloso. El boxeo a mí me salvó la vida y me dio estos amigos, que en su momentos éramos rivales en el ring. Llenamos estadios, la gente nos iba a ver, abajo del ring nos hicimos amigos”. cuenta la otra leyenda de apellido Soria.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA