River recuperó la sonrisa en el torneo local después de tres partidos y, con un inspirado Lucas Alario, autor de un triplete, goleó 4-1 al comprometido Nueva Chicago en Mataderos, y llega entonado al superclásico ante Boca.
A pesar de haber tenido dificultades defensivas en algunos pasajes del encuentro, River volvió a tener un alto poder ofensivo, y con tres gritos de Alario y uno de Sebastián Driussi, se llevó tres puntos importantes para conservar alguna ilusión en la lucha por el campeonato.
Chicago, que terminó con diez jugadores por la expulsión de Damián Lemos, tuvo actitud y el empuje de una multitud que lo acompañó, pero le faltó ajustar la definición y su camino hacia un nuevo descenso parece irreversible.
El entusiasmo y la motivación del comienzo le permitieron a Chicago poner en aprietos a River. Pero la visita, cuando logró asentarse en el campo, demostró sus credenciales a la hora de manejar el esférico.
La segunda llegada de River iba a terminar en gol. Saviola envió el centro, la bajó notablemente Alario dentro del área, tiró un sombrero a dos defensores y definió para poner el 1-0.
Chicago no se resignó, siguió con la misma fórmula, aunque River le contestó con su efectividad. Pisculichi probó desde el sector izquierdo, Tauber dio rebote y Alario estiró la diferencia.
Chicago avanzó en el campo y concretó el descuento para volver a meterse en el partido. Después de un córner, y tras no poderla sacar los defensores visitantes, Maidana fue quien la terminó metiendo tras un disparo de Galarza. En complemento Chicago volvió a adelantarse, hizo méritos para empatar, pero se equivocó.
River respondió con una contra manejada por Saviola y un disparo esquinado y certero de Alario para decretar el 3-1. Ahí se terminó el partido, porque Chicago ya no tuvo rebeldía para acercarse a un descuento. Sólo quedó tiempo para que Driussi decorara el resultado en la gran tarde de Lucas Alario.