Frutos secos, el nuevo atractivo turístico de Tupungato

Cada vez hay más puestos en las rutas del Valle que ofrecen estas delicias. Y reciben clientes de Mendoza y otras provincias.

Frutos secos, el nuevo atractivo turístico de Tupungato
Frutos secos, el nuevo atractivo turístico de Tupungato

Los turistas que eligen el Valle de Uco descubrieron un nuevo atractivo para sumar a su recorrido. A las ya habituales visitas a bodegas o menúes gourmet disfrutados frente a paisajes de montaña, ahora se suma la parada obligada en puestos o locales de venta de frutos secos. Nueces, almendras, pistachos, pasas de uva y todo tipo de semillas forman parte del sabroso y nutritivo souvenir que se llevan los que pasan por esas tierras.

El negocio surgió no hace más de cinco años y ya son varios los emprendimientos que viven de la actividad en Tupungato. Los buenos precios, la búsqueda de una vida más sana y la variedad y calidad de productos elaborados en la zona parecen ser las causas por la que la tendencia se ha desarrollado sin más planificación y promoción que el ?boca en boca'.

Ser la Capital de la Nuez -con toda la dinámica que motoriza ese mercado en la región- fue el puntapié inicial que les permitió a tupungatinos, e incluso a foráneos, explorar esta nueva veta turística. Los frutos secos hoy sostienen puestos a la vera de la ruta, proyectos de economía familiar, cadenas de distribución nacional y hasta a profesionales que se dedican a diseñar mix y recetas que sumen un plus de sabor y originalidad a estos productos.

"Religiosamente, nos damos una vueltita por el Valle de Uco y pasamos por Tupungato a traer nuestra dosis mensual de nueces, almendras, uvas y ciruelas en pasas", comenta Francisco Gómez, un maratonista que valora el aporte nutritivo de estos alimentos. "Nos resulta más económico comprar así, en cantidad", agrega el lasherino.

Una combi que transporta un contingente de jubilados proveniente de Córdoba frena a metros del cartel que promociona "Nueces. Almendras. Pistachos. Avellanas. Castañas" en el punto justo donde comienza la ruta 89, conocida como el Camino del Vino. Todos descienden, hasta el chofer. Miles de preguntas, consejos y recetas en simpática tonada cordobesa caen en avalancha sobre el vendedor. Después de media hora -y una venta de varios kilos- todos terminan compartiendo unos mates y una amena charla.

Los emprendedores

Los hermanos Ernesto, Humberto y Ricardo Páez son nacidos en San Carlos, criados en Tunuyán y por años trabajaron como contratistas en fincas cuidando nogales en Tupungato. Vieron que llegaban muchos turistas los fines de semana y, conocedores del rubro, pensaron que "podía andar" la venta de nueces a la vera de la ruta.

"Nunca nos imaginamos que nos iba a ir tan bien", comenta Ricardo. Hace dos años, empezaron probando con puestos de frutos secos en el Manzano Histórico, en Potrerillos y en otros puntos turísticos. Hasta que descubrieron que era mucho más rentable instalarse en los ingresos a su propio departamento. La demanda los obligó luego a abrir todos los días (de 10 a 18.30), a tener que pagar a familiares para que atiendan y a diversificar el stock. Ahora, incluso, ofrecen dulces caseros y envasados.

"Aprovecho cada vez que voy a la casa de unos familiares o por cuestiones laborales para comprarme unos kilos de nueces. Soy una fanática. Cada noche me como una nuez con dulce de leche antes de irme a dormir", confía Florencia, de Ciudad.

Para tentar a los visitantes, los comerciantes del rubro compiten por quién se ubica más a mano del cliente. Rutas, calles de acceso y el bulevar principal del centro de Tupungato son los puntos elegidos para exponer estas delicatessen.

Todos coinciden en que el público más asiduo y "generoso" es de Córdoba y Buenos Aires, en primer lugar, y también muchos mendocinos que eligen "pasear" por la zona los fines de semana.

"Los extranjeros compran sólo lo que consumen en esos días, en cambio los cordobeses y porteños se llevan mercadería para tener por mucho tiempo", asegura José Cortez, dueño del emprendimiento Ermes (una sigla que incluye el nombre de los integrantes de la familia). El clan comenzó vendiendo frutos secos y -"por pedido de la gente"- ahora han sumado semillas y otros productos. También encaran la etapa industrial con el secado y selección de los frutos.

"Vendemos a minoristas con precios de mayoristas", dice Cortez como la causa del éxito, además del hecho de que la mayoría de los productos son frescos porque provienen de la región. Para el hombre, los paquetes que mezclan frutos y pasas son los que tienen más aceptación. Por eso, han contratado a una nutricionista que ha diseñado más de 20 mix distintos.

Claudio Núñez es porteño. Comenzó a visitar Tupungato hace diez años comprando nuez para distribuirla en sus locales en Buenos Aires. Entonces se enamoró y dijo que algún día se radicaría en el Valle. Hace tres años abrió un almacén de frutos secos al estilo de los de Buenos Aires en la calle Correa.

La clave para el comerciante es un cambio cultural, hacia una vida más sana. "Antes eran los abuelos los que se cuidaban, ahora los jóvenes están cambiando una golosina por un mix de frutos. Hoy vas al cardiólogo y salís comprando nueces, almendras. Además, son una dosis de energía inigualable", apuntó Núñez.

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