Por las heladas de los primeros días de setiembre, la producción de durazno para consumo en fresco y para industria caería un 50% con respecto al año pasado y la de ciruela sería un tercio de la media. Esto impactará en el precio pagado al productor, aunque el esperado incremento no les resultará suficiente a quienes tuvieron pérdidas extendidas. Desde el sector industrial, en tanto, anticiparon que, de no mediar otro evento del clima, se absorbería toda la producción.
El Instituto de Desarrollo Rural presentó su pronóstico de cosecha para frutales, que arrojó que esta temporada 2018/2019 se obtendrían unas 64.463 toneladas de durazno para industria, mientras en la pasada se alcanzaron 127.241. Esto implicaría una disminución promedio en la provincia de 49%, aunque en el Valle de Uco la baja sería de 53%, en el sur de 48%, en el este de 35% y en el norte de 4%. La merma productiva que se anticipa para el durazno que se destina al consumo en fresco es similar.