Ni tanto compromiso y respaldo, como lo aseguró el ministro del Interior, Rogelio Frigerio. Ni tampoco nada, como podría deducirse del cerrado silencio de prensa que hicieron los cinco gobernadores justicialistas a la salida.
Tal es el balance de la reunión que ayer al mediodía mantuvo el presidente Mauricio Macri en la Casa Rosada con el quinteto de mandatarios PJ cercanos al Gobierno nacional.
En principio iba a ser un almuerzo, pero mutó a una reunión a secas, en el despacho presidencial y de alrededor de una hora y media. Estuvieron Juan Schiaretti (Córdoba), Sergio Uñac (San Juan), Gustavo Bordet (Entre Ríos), Juan Manzur (Tucumán) y Domingo Peppo (Chaco); ausentes con aviso los también invitados Roxana Bertone (Tierra del Fuego) y Juan Urtubey. A Macri lo acompañaron Frigerio y el jefe de Gabinete, Marcos Peña.
El encuentro fue el primero del Gobierno nacional con gobernadores de la oposición luego del anuncio de que se buscará un acuerdo con el FMI y de que anteanoche Diputados dio media sanción a la ley que busca morigerar los aumentos de las tarifas de los servicios públicos.
"No voy a hacer declaraciones", dijo a este diario Schiaretti, a bordo de la camioneta oficial de la gobernación, cuando se detuvo en el primer semáforo sobre la calle Rivadavia, al salir por la explanada descendente de la Rosada.
Igual actitud que el cordobés, quien había sido el primero en llegar a la reunión, tuvieron los otros cuatro: salieron en grupo de la Rosada y de espaldas a la galería del Patio de las Palmeras, en la que aguardaban los periodistas.
Avanzada la tarde, y después de que Frigerio oficiara de vocero de la reunión ante los periodistas acreditados, desde fuentes del gobierno cordobés se limitaron a ratificar que no habría declaraciones de Schiaretti.
Sin embargo se hizo trascender un comentario en off the record: “El Gobierno nacional convocó a los gobernadores para explicarles los pasos a dar. Los gobernadores escucharon y no tienen nada para decir”.
Sumada a los rostros de cierta preocupación de los gobernadores, la parquedad de ese comentario es significativa. Los gobernadores optaron por escuchar, sin poner palos en la rueda en momentos en que recién se inicia la negociación con el FMI, y sabedores de que de su resultado dependerá también su suerte financiera y política.
Pero tampoco hicieron un apoyo político explícito a la negociación.
El silencio de los gobernadores distó del balance por demás auspicioso que hizo el Gobierno. "Los gobernadores están convencidos de que hay que sostener y apoyar todas las políticas que impliquen que la Argentina continúe en esta senda de crecimiento económico", dijo Frigerio.
Luego el ministro agregó: “Entienden que este camino gradual hacia el equilibrio de las cuentas públicas hay que sostenerlo y también comprometer a todos los que tienen responsabilidad en la función pública”. El ministro enmarcó estas afirmaciones en el acuerdo que se negocia con el FMI.
También aseguró que el Gobierno nacional encontró en los gobernadores “mucha receptividad para trabajar juntos” en la confección del Presupuesto 2019, que, admitió, tendrá “restricciones” que, sin decirlo, serán consecuencia del acuerdo con el FMI.
Pese a que no hubo un pronunciamiento de los gobernadores ante la prensa, Frigerio dio a entender que en la reunión sí expresaron un "compromiso muy firme de apoyo" a la decisión de recurrir al FMI. "Estamos todos en el mismo barco -agregó-, convencidos de que tenemos que tirar para el mismo lado y generar todos los instrumentos que estén a nuestro alcance".
Si bien no hubo un apoyo explícito, tampoco hubo un rechazo del mismo tipo, ni es previsible que pueda haber un pronunciamiento hasta tanto se conozcan los detalles (condicionamientos) del acuerdo con el FMI.
Del mismo modo, los gobernadores volvieron a sostener que la fijación de las tarifas es facultad del Ejecutivo, pero no se comprometieron a que sus senadores voten en sentido contrario al que lo hicieron sus diputados en la media sanción del miércoles.