Frentes arrugados - Por Jorge Sosa

Se trata de juntar la mayor cantidad de votos posibles y para eso, como los propios no bastan, se busca hacer alianzas (eso es un frente).

Frentes arrugados - Por Jorge Sosa
Frentes arrugados - Por Jorge Sosa

Son numerosas las acepciones de la palabra “frente”. La frente es la culminación de la cara, a veces se va más allá de los límites propios. Era tan pelado que se caía de espaldas y se pegaba en la frente.

Dicen que una frente amplia es sinónimo de inteligencia pero no tiene nada que ver con la realidad, podés tener una frente angosta y ser un potencial Einstein.

Un consejo de los optimistas es que andemos siempre con la frente alta, porque eso significa que llevamos la vida con cierta dosis de dignidad. Bien enhiesta como exigía San Martín a sus granaderos.

Pero frente también significa una cuestión de lucha, el frente de una batalla es el lugar adonde se están agarrando a los coscachos en serio y en eso se les va la vida a varios.

“Ir al frente” o “estar al frente” significa, por lo tanto, avanzar y en esto pueden incluirse distintas actividades. Ir al frente de una manifestación a favor de Macri (difícil que el chancho chifle) es marchar en la primera fila, estar al frente de una institución también implica una notoriedad, por ejemplo estar al frente del Ministerio de Economía significa ser receptor de todos los insultos que andan sueltos por el país.

“Yo me pongo al frente, yo me hago responsable”, dicen aquellos dirigentes que saben que al final ni van a ir al frente ni se van a hacer responsables.

El frente es la parte anterior de nuestra casa, ahí donde está el jardín para que hagan sus necesidades los perros de los vecinos. Es una de nuestras intensidades. Pero hay casos que ni los propietarios lo reconocen, como ocurrió con aquel borracho que tocó el portero eléctrico de una casa y ante la contestación de una mujer preguntó: -¿Está su marido, señora? -No (contestó la mujer) -¿Podría salir a ver si soy yo? porque no reconozco el frente de su casa.

Los vecinos son los que viven “enfrente”, o sea frente a nuestro frente y los que nos vigilan por los visillos de la ventana cuando entramos o cuando salimos, para alimentar su espíritu chismoso.

En meteorología suele referirse el frente mencionando la frontera de dos sistemas climáticos diferentes, que es lo que nos arruina el fin de semana, porque vienen haciendo unos días realmente para gozar hasta que por la tele anuncian la llegada de un frente frío, que hace que lo que iba a ser un asado a cielo abierto en algún lugar placentero de la provincia se transforme en un asado al horno, en la cocina de casa.

Estar “frente a frente” es estar cara a cara y esto tiene que ver con las acciones que pretenden dirimir una disputa. “Esto se lo voy a decir frente a frente”, es lo que se dice cuando algún entripado necesita al versus cerca para decir.

Frente tiene que ver también con la unión de varios que pretenden cuestiones similares, de ahí los frentes para una elección que suelen formarse en estos tiempos donde la elección está a la vuelta de la esquina si es que a la vuelta de la esquina hay una escuela. Estos están absolutamente de moda y se están gestando de una manera vertiginosa. Se trata de juntar la mayor cantidad de votos posibles y para eso, como los propios no bastan, se busca hacer alianzas (eso es un frente) para que den resultados en los escrutinios. Se habla mucho, se promete mucho, se distribuyen cargos (a veces a la mansalva) y entonces queda constituido un frente electoral para que nosotros decidamos si vale la pena o no.

La frente, el frente, los enfrentamientos, todo tiene que ver con esa parte de la cara que se apoya en las cejas. ¿Será por la situación del país que la mayor parte de las frentes, y los frentes, están arrugadas o arrugados?

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA