El Frente de Izquierda, de la sorpresa al "barro" de la lucha política

En octubre se convirtieron en la tercera fuerza provincial. Pero su debut mostró diferencias entre los dos socios y la decisión de no aceptar asimilarse a los partidos mayoritarios.

El Frente de Izquierda, de la sorpresa al "barro" de la lucha política

Los legisladores del Frente de Izquierda de los Trabajadores (FIT) ya están como jugadores plenos de la política, cada uno en los cargos para los que fueron elegidos. Son nuevos, miran con recelo a los viejos zorros que los rodean y no se mueven del discurso-latiguillo: su tarea es llevar la agenda de los trabajadores al Congreso y a la Legislatura, según corresponda.

Aquel ímpetu de la campaña electoral parece debilitarse en la Legislatura. Hubiera sido de esperar que el proyecto que fue su caballito de batalla durante la campaña, que un legislador cobre lo mismo que una maestra, fuera la primera iniciativa y la más rápidamente presentada, pero fue la tercera y después de tres semanas de haber asumido en la Legislatura provincial.

Parece haber algunos desajustes entre los socios y cada uno muestra la inexperiencia. Es natural: el nuevo ámbito es extraño, los viejos zorros embrollan las cosas y (hasta ahora) hacen sentir sutilmente la inexperiencia y tal vez porque los socios que conforman el Frente aún deben aprender a trabajar juntos.

En realidad, Nicolás Del Caño, la cara visible de la campaña del año pasado que arrastró votos para el resto de la lista y convirtió al FIT en la tercera fuerza provincial, lleva seis meses de gestión en la Cámara de Diputados de la Nación, mientras que los legisladores provinciales y municipales apenas llevan semanas, por lo que evaluar el desempeño de los locales es apresurado.

Lo que es seguro es que buena parte de las energías de los del FIT están enfocadas en las luchas sociales, más visiblemente en las manifestaciones por la discusión salarial de los estatales. Tan visible es esa participación que la ex candidata Soledad Sosa ahora aspira a ser parte de la conducción de la CTA mendocina, junto a Raquel Blas.

El FIT es una sociedad de dos fuerzas políticas (el Partido de los Trabajadores Socialistas -PTS- y el Partido Obrero -PO-) que abrevan en el mismo pensamiento, el marxismo trotskista, pero desde hace meses vienen mostrando diferencias que ambos socios minimizan. Del Caño (proviene del PTS) dice que "la diversidad es nuestra fortaleza" al admitir que hay diferencias, pero que "en lo central no las hay".

Desde el PO, el diputado provincial Héctor Fresina dice que "el FIT es más de lo que son sus integrantes" y asegura que hoy la izquierda es un factor político. "Que en las encuestas para las candidaturas a presidente figure (Jorge) Altamira jamás ha pasado en la historia", dice Fresina, para explicar que las diferencias existen pero que el sostenimiento del Frente es necesario a pesar de esas diferencias.

Yendo a lo importante, Del Caño lleva presentados dos proyectos de ley. El primero, referido a la promesa de campaña para que un legislador gane lo mismo que un maestro. Ese proyecto duerme sin movimientos.

El segundo es para prohibir suspensiones y despidos en las empresas durante los próximos dos años, para mantener los niveles de empleo en la Argentina. Según el diputado nacional, esa iniciativa estaba incluida en el orden del día de la sesión de la semana que pasó, pero el Frente para la Victoria la dejó sin quórum y no pudo ser votada.

La vida no es fácil para un legislador novato y más para quien debuta directamente en las ligas mayores del Poder Legislativo nacional. Del Caño dice que está satisfecho con su trabajo, que muchos trabajadores y jóvenes recurren a él y a sus compañeros del PTS en busca de ayuda, pero aclara que la Cámara de Diputados nacional "no sólo es un ámbito nuevo sino hostil".

En la Legislatura provincial el clima parece distinto, al menos en la hostilidad. "Hasta ahora, ninguna queja. Todos han sido muy cordiales", dice Fresina, pero sonríe y aclara: "Hay que tener cuidado cuando vienen esas votaciones de proyectos en bloque, porque no se sabe qué se vota".

Los legisladores provinciales del FIT son cuatro: Fresina y Martín Dalmau del PO, la diputada Cecilia Soria y la senadora Noelia Barbeito del PTS y llevan apenas tres semanas en funciones. El primer proyecto que presentaron fue la versión local de la prohibición de suspensiones y despidos de trabajadores. La iniciativa fue presentada con la firma de los tres diputados que el Frente tiene en la Cámara baja.

Se trata de declarar la emergencia laboral y ocupacional y, por 24 meses, prohibir cualquier tipo de recorte de cualquier tipo de asalariado, sea becario o esté en período de prueba. En caso de que haya incumplimiento, el empleador debe recontratar y, si no cumple, debería pagar una multa no inferior a un mes de salario por cada día de demora.

El segundo proyecto lo presentaron sobre el fin de la semana que pasó y tiene por objeto prohibir la criminalización de las protestas sociales. La iniciativa propone extinguir cualquier acción penal, civil, administrativa o contravencional en contra de quienes participen de manifestaciones por la reivindicación de derechos sociales, económicos, políticos o laborales.

Este proyecto también tiene un correlato nacional, pero no es de autoría de legisladores nacionales del FIT, sino que es de la diputada del GEN, Virginia Linares, proyecto que también ha apoyado Del Caño en el Congreso Nacional, entre otros legisladores de la UCR, Partido Obrero, Unidad Popular, Proyecto Sur, ARI y Libres del Sur.

El tercero fue el que presentaron el jueves pasado, el gran caballito de batalla: que los legisladores cobren lo mismo que un maestro. El correlato nacional de esa iniciativa ya fue presentado hace meses por Del Caño.

Donde se muestran activos es en el acompañamiento de protestas sociales. La concejal de Capital, Macarena Escudero (PTS), dice que acompaña las luchas de los músicos callejeros contra el accionar de preventores que suelen desplazar a los artistas y hasta confiscar instrumentos. También han participado activamente en las manifestaciones de trabajadores de ATE y Ampros, así como también en el Comedor Universitario y los reclamos de los municipales de Lavalle. De hecho, esa lucha y el episodio de apremios ilegales en una comisaría lavallina contra uno de los manifestantes, fue introducido en el debate de la Cámara de Diputados.

Una curiosidad al margen. Desde que asumieron los electos hasta ahora sólo han participado de tres sesiones de cada Cámara. Es notable que las dos legisladoras del PTS, Barbeito y Soria, consultan sus posiciones con asesores que se instalan en las bandejas del recinto. La curiosidad se repite en la charla con Los Andes: buena parte de las definiciones son expresadas por los hombres que rodean a las legisladoras.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA