"La humildad es la única verdadera sabiduría que nos prepara para todos los posibles cambios de la vida". Con estas frase célebre de George Arliss, el recordado director de cine inglés, podemos definir a Franco Di Santo. El Largo. Ese pibe mendocino que con 18 años llegó a la Premier League a vestir la camiseta del Chelsea. Y hoy, con 30 años, continúa siendo el mismo niño alegre, jodón, solidario, que vistió la camiseta de EFAGO a sus 9 años en Las Heras. Admirable.
- Más allá del fútbolista de alto rendimiento. ¿Quién es Franco Di Santo?
- Es muy difícil hablar de mí. No me gusta. Me incomoda. Pero, me considero un buen pibe. Una persona humilde, muy buen amigo. Intento ser buen hijo, soy hijo único. Entonces, eso me llevó siempre a estar atento que ni a mis padres ni a mis abuelos les falte nada. Somos una familia muy chica. Me considero una buena persona, íntegra. Y con el respecto a mi profesión, intento y trabajo todos los días para ser un buen futbolista. Profesional en todo sentido.
- ¿En qué momento te diste cuenta que querías ser jugador profesional?, con todo lo que significa, ya que perdés etapa de tu vida que son inolvidables como el estudio secundario, las fiestas de cumpleaños de 15 años, viaje de egresados, etc.
- Yo me voy a Rosario a jugar al fútbol a los 13 años; dos años más tarde, llego a Chile. Sin dudas, te perdés muchas cosas. Pero, para esa edad son indispensables. Ahora, recién a los 30 años, me doy cuenta de las cosas que hice. No sólo el hecho de que me gustara el fútbol, sino que siempre luché y trabajé para que a mi familia no le falte nada. Ese fue siempre mi objetivo principal. También hay que agregarle la cuota suerte, con la mano en el corazón, he tenido muchos compañeros que han sido mucho más talentosos, pero le faltó ese guiño del destino.
- Pero, no te relajás nunca. Llegaste de Potrerillos a las siete de la tarde y cómo no habías hecho nada saliste a realizar unos ascensos en bicicleta…
- Tal cual es así. Si hay algo que me ha caracterizado en mi carrera profesional en el fútbol, es la constancia, el compromiso y ser profesional en todo aspecto.
- ¿Es verdad que no conocías Potrerillos?
- Recién a mis 30 años, conocí lo hermoso que es Potrerillos. Mis amigos aprovecharon esta oportunidad y me llevaron a conocerlo. Obvio, hubo un permitido (risas). Pero, tenía que entrenar. En este tiempo, que aún no se define donde voy a jugar, puedo aprovechar y estar con mis amigos y disfrutar de mi provincia. Pero, a la vuelta hay que entrenar sí o sí. La persona que está al lado del deportista de alto rendimiento, sabe el sacrificio que se hace y las etapas que no se viven ni disfrutan.
- Volviendo a tu actualidad futbolística, tu nombre sonó y fuerte para reemplazar a Benedetto en Boca. ¿Te ilusionaste?
- Soné, soné pero mi teléfono no sonó (risas). Me encantaría volver a la Argentina, que me conozcan de la mejor forma. No con una edad que ya no pueda rendir como lo puedo hacer en este momento. Sería fabuloso jugar en un club grande de la Argentina, llámese Boca, River.
- ¿Godoy Cruz te seduce? Seconvirtió en el equipo más fuerte del Interior de país con desafíos internacionales de manera constante?
- Y Godoy Cruz es lindo porque representa a mi provincia. Estaría cerca de mi gente, de los amigos. Podría compartir cosas que no pude todos estos años. También seduce, pero después de lo que hizo el Morro García ante Palmeiras, creo que no vengo (risas).
- La gente de Independiente te abrió las puertas para que puedas entrenar con el plantel profesional…
- Si un gesto muy bueno y noble. Repito, me encantaría jugar en el fútbol de Mendoza. Quiero hacerlo. Será ahora o mañana. De lo contrario, seguiré girando por el mundo con esta vida nómade que me ha tocado.
- ¿Cuál fue el club que te marcó en toda tu carrera futbolística?
- Sin dudas, que el club que más me marcó fue EFAGO, “Escuela de Fútbol Ariel Gómez”, con el tuvimos la oportunidad de ganar la Copa Serenísima, donde nos enfrentábamos a los equipos de la Liga Mendocina. Y como técnico fue uno de los que más me marcó en mi infancia, me inculcó una cultura de trabajo que he respetado siempre.
- ¿De tu etapa de escuelitas de fútbol, mantenés amistad con los chicos, seguís en contacto con ellos a través de redes sociales, WhatsApp, etc.?
- Mi mejor amigo, al cual conozco desde los cinco años, es Hernán Marcó, que por cosas de la vida está trabajando en otro país. Jugamos en Godoy Cruz, EFAGO, y el contacto es casi diario. Después, cuando me cruzo con los chicos empiezo a recordar muchas cosas. Por ahí, me dicen: ‘no te acordás de este’. No, perdón, pero decime quién sos. Soy un desastre (risas). Siempre que estoy en Mendoza, trato de estar con todos, tomar algo.
- En una de la convocatorias con la Selección Argentina Mayor, estuviste en un mismo plantel con Leo Messi. ¿Se puede explicar ese momento de tu vida?
- Primero vestir la camiseta de la Selección es único. No existen adjetivos para poder describirlo. Luego, estar en el mismo plantel con Messi o el Kun Agüero, son anécdotas inolvidables y más por lo que representan a nivel Mundial. Ahí está la humildad de los grandes. Agüero en Inglaterra me abrió las puertas de su casa a mí y a mi familia como si fueramos primos, amigos de toda la vida. Pasamos fiestas de fin de años juntos. Un fenómeno adentro y afuera de la cancha.
- En una concentración, ¿Messi te encontró saltando en su cama en la habitación que compartía con el Kun Agüero?
- Si es verdad. Estábamos en una gira con la Selección y yo me fui a a de Kun (Agüero) a saludarlo, entro y me siento en una cama, me acomodo en una punta y empiezo a saltar sentado, y hablaba con el Kun. Él estaba solo. De repente, se abre la puerta e ingresa Messi. Imaginate mi cara. Pálido y paralizado. Se acomoda en su cama y era en la que estaba yo sentado. No sabía que decir. Me paré, me toca los hombros, y me dice: ‘tranquilo, todo bien. Quedate, no hay drama’. Yo miraba para todos lados no sabía que decir ni hacer. Y a los minutos, me pregunta. ‘¿Vos jugabas en Tiro Suizo?’, sí, le dije. Y de repente, le dice al Kun: ‘viste es él. Vos jugabas con mi primo’. Increíble que Messi se acordara de mí, pero se acordó (risas). Un fenómeno. Es increíble escuchar o leer ciertas críticas. Lo que genera a su alrededor es impresionante. No se puede explicar.
Su encuentro con M. Ballack
"Yo recién llegaba al Chelsea. Primera práctica. Yo hablaba cero inglés. Sólo sabía saludar. Empiezan a repartir las pecheras y me toca en su equipo. Entonces, viene y me dice: 'Hi how are you' (cómo estás); respondo: 'very well' (muy bien). Y me consulta: 'What is your name', (cómo es tu nombre); Franco, respondo. Lo miro de arriba a abajo y de inmediato le digo: 'And you' (y tu). Obvio, se sorprende, se ríe y me dice, 'Michael, Michael Ballack". Me paré, me puse colorado y me fui al campo. Todos se reían. Un fenómeno".
Carlitos Tevez y su avión privado
Carlitos es un fenómeno. Esta historia la cuento siempre y es genial. Me llama un día y me brinda la posibilidad de viajar con él y su familia en un avión que le habían puesto exclusivo a él en City, o si era de él, que sé yo. Sólo sé que me llamó y me dijo: 'subite'. Y me subí. Pero, me había olvidado que hacía unos días me había comprado un perro. Entonces, lo tuve que llamar y decirle, Carlitos, me compré un perro, no te jodo. Traelo al choco y lo subimos. No existe perro alguno que haya viajado con más comodidades que el mío".