El Papa Francisco exhortó a los fieles a priorizar el amor por la familia durante la homilía de la primera misa que ofició en Ecuador, en medio de una multitud profundamente conmovida que aplaudía constantemente.
Francisco dedicó una larga homilía a los problemas de la familia en la que arrancó sonrisas cuando afirmó que la Iglesia no es una madre que “reclama” ni una “suegra” que se solaza de los errores.
Francisco empleó la metáfora para describir la disposición de la Iglesia a atender los problemas que enfrentan las familias antes que reprocharlos.
María "no es una madre reclamadora, tampoco es una suegra que vigila para solazarse de nuestras impericias, de nuestros errores o desatenciones. ¡María simplemente es madre!: ahí está, atenta y solícita", señaló.
El Sumo Pontífice, tras la lectura de las bodas de Caná, comparó el vino con el amor y pidió ayer a los cientos de miles de fieles que no permitan que en sus hogares falte el amor.
“¿Cuántos de nuestros adolescentes y jóvenes perciben que en sus casas hace rato que ya no lo hay? ¿Cuánta mujer sola y entristecida se pregunta cuándo el amor se fue, se escurrió de su vida? ¿Cuántos ancianos se sienten dejados fuera de la fiesta de sus familias, arrinconados y ya sin beber del amor cotidiano?”, se preguntó el Pontífice.
Destacó el papel de la mujer en la familia e incluso recordó una anécdota de que en alguna ocasión le preguntaron a su propia madre que a cuál de sus cinco hijos quería más. “Y ella dijo: ‘como los dedos, si me pinchan este me duele lo mismo que si pinchan este’”, refirió el Papa mientras tocaba su mano. “Una madre quiere a sus hijos como son”, expresó.
El papa argentino de 78 años convocó a unos 800.000 fieles en su primera misa multitudinaria, según un balance del gobierno.
“Lo más lindo, lo más bello y lo más profundo para la familia; está por venir. El mejor de los vinos está en la esperanza de cada persona que se arriesga al amor. En la familia hay que arriesgarse al amor”, afirmó Francisco. Poco antes estuvo en el Santuario de la Divina Misericordia, donde oró con cientos de enfermos oncológicos, ancianos y gente muy pobre.
A su arribo a Guayaquil el papa fue recibido en el aeropuerto de esa ciudad por el vicepresidente Jorge Glass, el canciller Ricardo Patiño y el alcalde Jaime Nebot, quien le entregó las llaves de la ciudad, una joya diseñada con un topacio, perlas oro y plata.
Ecuador es la primera parada del Papa en una gira que lo llevará también a Bolivia y Paraguay, tres de los países más pequeños y pobres de Sudamérica.
Hoy oficiará el segundo acto litúrgico de masas en Quito.
"No les voy a cobrar nada"
“No les voy a cobrar nada”: el Papa Francisco dio muestra de su buen humor al impartir bendiciones gratis a un grupo de fieles en Guayaquil, a quienes les pidió a cambio orar por él durante su viaje por Ecuador.
“Les doy la bendición. No, no les voy a cobrar nada, pero les pido por favor que recen por mí. ¿Me lo prometen?”, dijo el sumo pontífice a unos 2.000 invitados, entre ellos enfermos y discapacitados, con quienes se reunió brevemente en un santuario en las afueras de Guayaquil.
Su comentario desató risas entre los creyentes que acudieron al santuario del Señor de la Divina Misericordia.
Francisco visitó el santuario antes de dirigirse al parque Los Samanes, en Guayaquil, donde lo aguardan cientos de miles de fieles.
“Ahora voy a celebrar misa y los llevo a todos ustedes en el corazón. Voy a pedir por cada uno de ustedes; le voy a decir al señor: vos conocés el nombre de los que estaban ahí, y le voy a pedir a Jesús para cada uno de ustedes mucha misericordia”, indicó el Papa argentino.