Francisco pidió a cardenales no caer en el "pesimismo"

En un nuevo mensaje con su estilo sencillo y lleno de vitalidad, el Papa exhortó a la comunidad católica a mantener la "armonía" y la "fraternidad". Sorpresa por su estilo.

Francisco pidió a cardenales no caer en el "pesimismo"
Francisco pidió a cardenales no caer en el "pesimismo"

El Papa Francisco instó ayer a los cardenales a no ceder al "pesimismo y la amargura" y pidió fraternidad y "armonía" dentro de la Iglesia Católica, en un discurso emotivo y en parte improvisado que confirma un cambio de estilo en la manera de liderar la milenaria institución.

"No cedamos nunca al pesimismo ni a la amargura que el diablo nos ofrece cada día", dijo el Pontífice argentino en su intervención ante el colegio de cardenales reunido en la Sala Clementina del Palacio Apostólico del Vaticano.

En sus palabras, llenas de agradecimientos, Francisco rindió homenaje a su predecesor Benedicto XVI, calificó de "valiente y humilde" su renuncia y aseguró que su pontificado será "un patrimonio espiritual para todos".

El primer Papa no europeo en 13 siglos invitó sin embargo a los "príncipes de la Iglesia" a "buscar nuevos métodos de evangelización para llevar la verdad cristiana a todos los extremos de la Tierra".

El Papa, vestido con una sencilla sotana blanca y una cruz de hierro, insistió ante los purpurados de los cinco continentes, a quienes llamó "hermanos", sobre la necesidad de "comunión eclesial" y de que se conozcan mutuamente como "una comunidad de amigos".

El Papa reconoció la existencia de "diferencias" entre los purpurados y les pidió no temerlas mientras reine "la armonía", señalando que el Espíritu Santo vela sobre la Iglesia como "un apóstol de Babel".

Con gesto pausado y saltándose el guión escrito en varias ocasiones, el Papa, de 76 años, hizo un elogio de su propia "vejez" y de la del resto de los cardenales y la equiparó "al buen vino que mejora con los años".

También tuvo un recuerdo por el estimado cardenal argentino de 90 años, Jorge Mejía, que el miércoles tuvo un infarto y se recupera en un hospital romano.

Desde su primera salida al balcón de la Basílica de San Pedro, el Papa Francisco ha impuesto un nuevo estilo, muy distinto al de su predecesor, el "Papa teólogo" con el que tendrá que convivir dentro de los muros del Vaticano tras su histórica renuncia.

Según el Corriere della Sera, el nuevo Papa fue elegido gracias al apoyo de 90 cardenales de los 115 que participaron en el Cónclave de dos días.

En los dos días transcurridos, además de los elogios, los otros dos temas que acaparan la atención de la prensa mundial son su cuestionado papel en los años negros de la dictadura argentina y su edad, después de que el jueves se le viera con paso vacilante en su ofrenda floral a la virgen en una basílica de Roma.

Francisco sólo tiene dos años menos que los que tenía Joseph Ratzinger cuando fue proclamado Papa y el Vaticano confirmó que le retiraron una parte de un pulmón cuando era joven, aunque aseguró que no era "una minusvalía".

Pero la edad también es un factor en la salud del nuevo Papa. Si Benedicto XVI fue un Papa intelectual y experto teólogo, al que le gustaba estudiar y escribir en su despacho, a su sucesor le gusta caminar, lo que debería ayudarlo a mantenerse en forma.

La llegada de un nuevo Papa desató en todo el mundo peticiones de un cambio de rumbo de la Iglesia católica tras casi ocho años de pontificado de Benedicto XVI, marcado por escándalos, acusaciones de corrupción financiera y de encubrimiento de abusos sexuales a menores.

En Irlanda, la Alianza Victims Support Group pidió que el nuevo Papa "obligue a rendir cuentas" a los responsables de abusos, mientras que en Estados Unidos una víctima de abusos sexuales quiere llevar a juicio al estadounidense Roger Mahony.

En su primer día de pontificado, el nuevo Papa hizo un gesto hacia la comunidad judía y pidió mejorar las relaciones entre ambas comunidades "con un espíritu de renovada colaboración" en el delicado tema de las relaciones de la Iglesia Católica con los otros cultos del mundo.

El Vaticano ya está llevando a cabo todos los preparativos para la gran misa de entronización del próximo martes, Día de San José, patrono de la Iglesia, en la que se espera la presencia de líderes de todo el mundo, entre ellos las presidentas de Argentina, Cristina Fernández, y de Brasil, Dilma Rousseff.

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