El Papa Francisco llamó a la Iglesia a tomar "medidas concretas y eficaces" contra la pedofilia, al abrir la cumbre antiabusos que convocó en el Vaticano hasta el domingo y en la que los miembros del clero ensayaron autocríticas por el rol de la curia y escucharon fuertes testimonios de víctimas de pederastia.
"Pesa sobre nuestro encuentro la responsabilidad pastoral y eclesial que nos obliga a discutir juntos, de manera sinodal, sincera y profunda sobre cómo afrontar este mal que aflige a la Iglesia y a la humanidad", reclamó Jorge Bergoglio, que participará de todas las sesiones de trabajo durante los tres días y cerrará la cumbre con una misa el domingo 24.
De todos modos, el Papa no hizo referencias en su discurso inaugural a la presencia en Roma de organizaciones de víctimas de abusos por parte de miembros del clero, en medio de la polémica por la negativa del Vaticano a encontrar a todos los grupos de sobrevivientes.
En ese marco, durante la reunión se proyectó un video con testimonios de víctimas, que mostró el alcance global del problema y la crisis que enfrenta la Iglesia: fueron un hombre latinoamericano, una mujer africana, y otros tres hombres de Europa del Este, Asia y Estados Unidos.
“Se han convertido, en algunos casos, en asesinos de almas”, dijo uno de las víctimas, mientras que la mujer narró que fue violada por un cura: “Estuve embarazada tres veces y él me hizo abortar. Le tenía miedo. Y cada vez que me negaba a tener relaciones con él, me pegaba”, denunció.
Celibato
Otro tema ausente fue la cuestión del celibato, que para algunos especialistas podría tener incidencia sobre la cantidad de abusos.
"Es nuestra convicción que no hay nexo entre el celibato de los sacerdotes y los abusos, por eso no se ha hablado hasta ahora del tema", aseguró el moderador del encuentro, el ex vocero papal Federico Lombardi, en una reunión con periodistas para analizar la primera sesión de trabajo en la cumbre.
En su discurso a los 114 presidentes de conferencias episcopales, entre ellos el de la Argentina, monseñor Oscar Ojea, reunidos en el Aula Nueva del Sínodo del Vaticano, Francisco reconoció que "el santo pueblo de Dios espera no simples y descontadas condenas, sino medidas concretas y eficaces".
El Pontífice convocó a los miembros del clero a “curar las graves heridas que el escándalo de la pedofilia causó en los pequeños y en los creyentes”.
Luego siguieron las intervenciones de otros miembros de la curia con tonos de fuerte autocrítica hacia lo actuado hasta ahora.
"La falta de respuestas de nuestra parte al sufrimiento de las víctimas, hasta el punto de rechazarlas y de cubrir el escándalo para proteger a los abusadores y las instituciones ha lastimado a nuestra gente", planteó en su discurso el cardenal filipino y presidente de Cáritas Internacional, Luis Antonio Tagle.
Por su parte, el arzobispo de Malta Charles Scicluna no ahorró pedidos hacia adentro de la Iglesia: "Las leyes civiles deben ser respetadas y las investigaciones internas deben hacerse rápidamente", pidió.
"Daremos nuestras vidas por los rebaños que nos han sido confiados", prometió por último el cardenal colombiano Rubén Salazar.
Y, destacó: “Tenemos que reconocer esta crisis en profundidad, reconocer que el daño no lo hacen los de afuera sino que los primeros enemigos están dentro de nosotros, entre los obispos, los sacerdotes y los consagrados, que no hemos estado a la altura de nuestra vocación”.
En la primera jornada de trabajo salió a la luz un documento con 21 propuestas concretas que se irán discutiendo hasta el domingo. Entre ellas, la realización de una “evaluación psicológica por expertos calificados” a los candidatos al sacerdocio, establecer “normas que rijan la transferencia de un religioso de una diócesis o congregación a otra” e impulsar “la formación de los obispos, superiores, clérigos y agentes pastorales para concientizar sobre las causas y consecuencias de los abusos sexuales”.
Escepticismo
Francisco "no se toma en serio el problema" de los abusos sexuales, dijo el español Miguel Hurtado, que denunció haberlos sufrido por parte de un monje de la abadía de Montserrat, y que se mostró profundamente "decepcionado" en el primer día de la histórica cumbre de obispos.
“Los puntos de reflexión que el Papa dio a los obispos son muy flojos. No incluyen la tolerancia cero, no dicen que todo sacerdote que ha abusado de un menor tiene que ser expulsado, no hablan de mecanismos de rendición de cuentas para que los obispos encubridores sean cesados de su puesto”, sostuvo en referencia al documento con 21 ideas.
Hurtado, que al igual que otros hombres asegura haber sido abusado cuando era adolescente por el monje Andreu Soler, fallecido en 2008, agregó que el documento no habla de una denuncia automática de todos los casos de abusos sexuales. "Dice que depende de la ley de cada país, y hay lugares donde no protegen de forma adecuada a los menores".
“Si esto es lo mejor que el Papa tiene que ofrecer, esta cumbre va a ser un absoluto fracaso. No les va a servir ni siquiera a nivel de relaciones públicas, ni de campaña de marketing”, aseguró. En su opinión, “hubo muy poco trabajo previo, Francisco no se toma en serio el problema”, cerró.
El padre Grassi, en el registro de violadores
La Justicia ordenó tomar muestras de ADN del sacerdote Julio César Grassi, condenado hace diez años por abusar de menores, para incluirlo en un registro genético de violadores.
El religioso dirigía la organización Felices los Niños, que cuidaba de menores en situaciones vulnerables en Buenos Aires, y fue denunciado por primera vez en 1991, aunque la investigación judicial no se inició hasta 2002 con una aparición en televisión de tres víctimas denunciando a Grassi, que quedó detenido entonces y permaneció en prisión durante buena parte del proceso.
El sacerdote fue condenado en 2009 a 15 años de prisión por abuso sexual agravado y corrupción de menores por los hechos que denunció uno de los adolescentes, aunque fue absuelto de las acusaciones de los otros dos; la sentencia quedó firme en 2017.
La ley para establecer un registro con los datos de violadores fue aprobada en 2003 y reglamentada en 2017.