El Papa Francisco arribó anoche a México en su primera visita como pontífice y en la que busca dejar un mensaje de solidaridad con las víctimas de la violencia y las comunidades afectadas por la pobreza.
El pontífice llegó al aeropuerto internacional de la Ciudad de México procedente de La Habana, donde tuvo un encuentro histórico con el patriarca ortodoxo ruso Kirill.
Francisco estará seis días en México, el país más católico en el mundo de habla hispana que, sin embargo, ha visto caer en las últimas décadas el número de fieles. Del 96,2% de católicos en 1970, se pasó a cerca de 83% hacia 2010, según el último censo nacional.
Miles de mexicanos comenzaron a salir la tarde del viernes a las calles de la capital para recibir a Francisco.
Cientos de invitados, miembros del gobierno y jerarcas católicos fueron convocados al hangar presidencial, donde aún antes de su arribo un par de mariachis ambientaba el lugar con su música y un grupo interpretaba bailables de distintas regiones del país. En las tribunas, algunos presentes ondeaban pañuelos blancos.
A unos kilómetros del aeropuerto, miles de personas se acercaban a las calles por donde se tiene previsto que pase el pontífice.
“¡Se ve, se siente, el Papa está presente!'', gritaba la gente acomodada sobre la avenida Bicentenario.
“Va a venir a hablarnos fuerte, en México hay muchos problemas económicos y de inseguridad; hay mucho egoísmo y él viene con un mensaje también de paz y esperanza, que necesitamos'', dijo Tania Vásquez, un ama de casa de 39 años oriunda de la capital y quien llegó con su hijo Carlos de seis años y otros familiares.
Unos días antes de su viaje al país, el propio Francisco señaló que no le daría la vuelta a los problemas que enfrenta México, como la violencia, la corrupción y el narcotráfico.
Durante su visita Francisco recorrerá algunas de las localidades con más pobreza, marcada por diversos hechos de violencia y migración.
El Sumo Pontífice despegó esta tarde de La Habana, Cuba, donde hizo una escala y se reunió con el patriarca Kirill, de la Iglesia ortodoxa rusa.
El Papa estará seis días en el país, tiempo durante el cual recorrerá algunas de las localidades con más pobreza, marcadas por diversos hechos de violencia y migración.
“Quisimos mucho a Juan Pablo y lo vimos pasar en varias ocasiones por estas calles, ahora queremos ver al primer papa latinoamericano visitándonos'', dijo Carlos García jubilado de 85 años. “México necesita mucho el mensaje del Papa'', señaló.
Juan Pablo II visitó el país en cinco ocasiones y es un papa que tuvo una gran conexión con la gente, quienes incluso lo bautizaron como el “Papa mexicano''.
La llegada del Papa supondrá un bálsamo para cientos de sacerdotes de comunidades de base que trabajan con inmigrantes, indígenas, refugiados o niños de la calle y que se han enfrentados a algunos jerarcas de la Iglesia católica mexicana.
Decenas de sacerdotes, que se identifican con la Teología de la Liberación, han encontrado en Francisco un referente para seguir con su causa por los pobres, marginados y vulnerables desde que se diseñó su agenda de la visita a México.