El Papa Francisco inició ayer sus ejercicios espirituales junto a casi 50 miembros de la Curia, con los que estará hasta el viernes 11 en una casa de retiro sobre las colinas de la localidad de Ariccia, en las afueras de Roma.
Francisco partió a las 16 de Roma (14 de Argentina) en un bus que lo llevó desde el Piazzale Petriano, delante de la Sala Nervi del Vaticano, hacia la Casa Divino Maestro, donde arribó una hora después para comenzar por tercer año consecutivo sus ejercicios espirituales en el lugar.
Se trata de un complejo con 124 habitaciones distribuidas en cuatro edificios de dos y tres pisos, pero que durante los días de ejercicio del Pontífice estarán enteramente ocupados por los poco más de 50 miembros de la Curia que acompañan al Santo Padre, según explicaron los responsables de la casa perteneciente a los padres paolinos.
Sobre las Colinas Albani, a 27 kilómetros de Roma, el complejo parece a prueba de curiosos: son unos 5 kilómetros a pie desde la estación de tren más cercana, Albano Laziale, con una marcada subida equivalente a unos 59 pisos, en la que no hay senda peatonal en el último tramo.
Una vez dentro de Divino Maestro, el Santo Padre dormirá solo en una habitación en la que tendrá una cama y un escritorio. Desde hoy el Pontífice comenzará su jornada a las 7.30, con el rezo de Laudes en la capilla de Divino Maestro.