El Papa Francisco podría aceptar hoy la renuncia del influyente secretario de Estado, el cardenal Tarcisio Bertone, y según informaciones de círculos vaticanos su lugar será ocupado por el arzobispo Pietro Parolin, nuncio apostólico en Venezuela.
Según informa el sitio Vatican Insider, el posible nuevo "primer ministro" vaticano tiene 58 años y es originario de Schiavon, Vicenza. Monseñor Parolin fue ordenado sacerdote el 27 de abril de 1980. Obtuvo el título en derecho canónico.
Entró en el servicio diplomático de la Santa Sede el 1° de julio de 1986 y ha trabajado en las representaciones pontificias en Nigeria y en México, así como en la sección para las relaciones con los Estados de la Secretaría de Estado
En recientes declaraciones, Parolin se refirió al nuevo jefe de la Iglesia: "A mí lo que me ha impactado, y considero un milagro de la elección del papa Francisco, es el cambio repentino de clima que se percibió enseguida".
"Antes había pesimismo -decía Parolin-, muy injustamente, porque el papa Benedicto XVI hizo todo lo posible para reformar a la Iglesia, si vemos, por ejemplo, el gran compromiso ante la pedofilia.
parecía que la Iglesia no fuera capaz de renovarse; de repente, después de esta elección y de los primeros pronunciamientos del Papa, ha cambiado completamente la situación a un clima de esperanza, de renovación, de futuro, que antes parecía completamente trabado. Y eso yo lo considero, de veras, un gran milagro".
En setiembre de 2009, Benedicto XVI, quien lo acababa de nombrar nuncio apostólico en Venezuela, lo consagró obispo. Entre los que asistieron al rito estaba el cardenal Bertone.
De confirmarse la información, el actual secretario de Estado dejará el puesto poco antes de cumplir 79 años, como sucedió con su predecesor Sodano, actual decano del colegio cardenalicio.
El salesiano Bertone, hasta entonces arzobispo de Génova, fue elegido por Ratzinger como secretario de Estado en 2006, un año después de su elección.
Así, el nuevo "primer ministro" vaticano asumió en setiembre de ese año y se encontró inmediatamente frente a una crisis que surgió de la interpretación de las palabras que había pronunciado Benedicto XVI en el famoso discurso de Regensburg que provocó una seria crisis con el mundo islámico.
"Muéstrame también aquello que Mahoma ha traído de nuevo y encontrarás solamente cosas malvadas e inhumanas, como su directiva de difundir por medio de la espada la fe que él predicaba", dijo entonces Benedicto XVI recordando una cita del emperador bizantino Manuel II Paleólogo.
Muchos dirigentes y agrupaciones en el mundo islámico expresaron su protesta en contra de lo que consideraron un insulto y una desfiguración del Islam, por lo que el ahora Papa emérito debió emitir una disculpa formal para zanjar la crisis.
El motivo de la elección de un prelado que no provenía de la diplomacia vaticana (que además no era una novedad en la historia de la Iglesia) fue la relación personal y de colaboración, que se había consolidado entre 1995 y 2002, entre el entonces secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe que dirigía el prefecto Joseph Ratzinger.
El entonces "jefe" del ex Santo Oficio apreciaba las capacidades operativas de Bertone y su fidelidad. Por este motivo, a pesar del rechazo de diferentes curiales, lo eligió y defendió hasta el final, negándose a aceptar la petición de los cardenales que durante los últimos años le sugerían un cambio.
Bertone, quien conserva todavía la carta del Camarlengo de Santa Romana Chiesa bajo la manga y que, por ahora, continúa en el Consejo Cardenalicio que se ocupa del Instituto para las Obras de Religión (IOR), conocido popularmente como el Banco Vaticano, sabía desde hace tiempo que antes de fin de año sería sustituido.