El Papa Francisco enumeró ayer en una misa gigante en Dublín una larga lista de "perdones" por las víctimas de abusos cometidos por sacerdotes o instituciones religiosas en Irlanda, pero también se vio acusado de haber encubierto a un prelado sospechoso de abusos.
Tras dos días de visita muy focalizados en este tema que amenaza actualmente a la Iglesia local con una implosión, Francisco llegó en papamóvil bajo un cielo lluvioso al inmenso parque Phoenix. Fue la ocasión para este país, uno de los más católicos de Europa, de expresar su fervor.
Desde su primera intervención ante los fieles, el Papa sorprendió al hacer en español una letanía de perdones pedidos a los "sobrevivientes de abusos de poder, de conciencia y sexuales" en Irlanda.
Haciendo una lista de todos "los crímenes" cometidos, el Papa pidió perdón por "los niños que fueron alejados de sus madres", porque se embarazaron fuera del matrimonio.
El Papa también acusó a "miembros de la jerarquía" que "guardaron silencio". "Pedimos perdón por los abusos en Irlanda, abusos de poder y de conciencia; abusos sexuales por parte de miembros cualificados de la Iglesia", dijo.
“De manera especial pedimos perdón por todos los abusos cometidos en diversos tipos de instituciones dirigidas por religiosos y religiosas y otros miembros de la Iglesia. Y pedimos perdón por los casos de explotación laboral a que fueron sometidos tantos menores”, agregó
Antes, al efectuar una visita al santuario de Knock, lugar de piedad mariana a 180 km de Dublín, fue recibido por 45.000 personas que ondeaban la bandera amarilla y blanca del Vaticano.
El propio Papa fue acusado en una carta por Carlo Maria Vigano, arzobispo y exembajador del Vaticano en Washington, de haber anulado las sanciones contra el cardenal estadounidense Theodore McCarrick, pese a estar acusado de abusos. En la misiva pide incluso su renuncia.
“La corrupción alcanzó la cima de la jerarquía de la Iglesia”, afirma Vigano en su carta.
La carta de 11 páginas fue divulgada simultáneamente el sábado en varias publicaciones católicas estadounidenses de tendencia tradicionalista o ultraconservadora, así como por un diario italiano de derecha.
En este documento, el exnuncio apostólico, jubilado en la actualidad, acusa también, nombrándolos, a varios altos prelados de la Curia romana, entre ellos el número dos del Vaticano, Pietro Parolin. Francisco aceptó en julio la renuncia al colegio de cardenales de Theodore McCarrick, de 88 años, arzobispo emérito de Washington.
Además, varias investigaciones revelaron prácticas de adopciones ilegales de niños de madres solteras, que realizó el Estado irlandés con complicidad de la Iglesia católica. El alcance de estos escándalos explica en parte la pérdida de influencia de la Iglesia en los últimos años entre la sociedad irlandesa, históricamente muy católica.
“Ninguno de nosotros puede dejar de conmoverse con las historias de menores que han sufrido abusos, a quienes se les ha robado la inocencia y que han sido abandonados a la herida de dolorosos recuerdos”, dijo el Sumo Pontífice.
El Papa abandonó ayer Irlanda después de una intensa visita de dos días para participar en el IX Encuentro Mundial de Familias, marcado por la cuestión de los abusos cometidos contra menores.
El avión de la aerolínea irlandesa Aer Lingus que transportaba al Pontífice de vuelta a Roma despegó a las 13.45 de Argentina del aeropuerto de Dublín, donde el primer ministro irlandés lo despidió.
Pedido a los obispos
El papa Francisco insistió en la necesidad de que la Iglesia reconozca y remedie con "honestidad" y "valentía" los errores del pasado respecto a los casos de abusos, durante un encuentro con los obispos de Irlanda en su viaje a este país.
Durante el último acto de este viaje a Irlanda, adonde llegó ayer para participar en el Encuentro Mundial de las Familias, Francisco retomó el tema de los abusos de la Iglesia, que afrontó en varios actos ante la herida aún abierta de lo que sucedió en este país durante décadas con miles de víctimas.
Animó a los obispos en "estos momentos de desafíos" a "perseverar en vuestro ministerio de heraldos del Evangelio y pastores del rebaño de Cristo".
Decepción por la visita del Papa
La irlandesa Marie Collins, una prominente víctima de los abusos sexuales en el seno de la Iglesia católica, se mostró decepcionada con la visita del papa Francisco a su país.
Collins, quien causó revuelo el año pasado al abandonar la Comisión Pontificia para la Protección de Menores, criticó en una entrevista el hecho de que el Papa no quiera introducir nuevas estructuras para hacer frente al sistemático encubrimiento de los abusos en el seno de la Iglesia.
“Estoy decepcionada por la negativa a introducir más estructuras para la rendición de cuentas”, afirmó Collins, quien junto con otras siete víctimas de abusos sexuales se reunió con el Papa.