El papa Francisco expresó hoy su "cercanía" con las poblaciones del centro de Italia golpeadas este domingo por un nuevo terremoto de 6,5 grados en la escala Richter, que si bien causó derrumbes en algunas ciudades no registró víctimas fatales.
"Expreso mi cercanía con las poblaciones de la Italia central golpeadas por el terremoto. También esta mañana se dio un fuerte temblor", aseguró el pontífice durante el tradicional Ángelus dominical en Plaza San Pedro, luego del sismo de 6,5 grados, según la calificación definitiva del Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología, que sacudió el país a las 7.40 locales.
"Rezo por los heridos y por las familias que han sufrido mayores daños, así como por el personal empeñado en el rescate y asistencia", agregó el Obispo de Roma tras los fuertes temblores que nuevamente se registraron en la zona entre las regiones de las Marcas y Umbría, unos 150 kilómetros al noreste de Roma.
Si bien varias localidades del centro de Italia que ya habían sufrido daños en el sismo fatal que el 24 de agosto dejó casi 300 muertos volvieron a ser afectadas por el sismo que se registró a 10 kilómetros de profundidad, por el momento no se registraron víctimas, según aseguró a la prensa el responsable nacional de la Protección Civil, Fabrizio Curcio.
En el centro del país, los mayores daños se dieron en las localidades de Ussita, donde el alcalde Mauricio Rnaldi describió a la situación como "un desastre" y en Norcia, donde se derrumbó parcialmente la catedral local.
En Roma, en tanto, las líneas de metro A y B fueron cerradas momentáneamente tras los temblores para evaluar posibles daños, y reabiertas minutos después, mientras que se suspendieron las visitas al palacio presidencial del Quirinale, también afectado severamente por los temblores.
El servicio de urgencias registró además 200 llamadas de vecinos asustados por los movimientos que se sintieron incluso en la residencia papal de Santa Marta, según constató a Télam uno de los huéspedes del papa Francisco.
También las Basílica de Pan Pablo y San Lorenzo de la capital italiana de debió ser cerrada tras las grietas que aparecieron a media mañana, luego del sismo que se sintió en una franja de más de 700 kilómetros, de Bolzano, al norte, hasta Foggia, al sur.