El Papa Francisco reafirmó ayer su voluntad de conducir a la Iglesia Católica hasta sus últimas fuerzas, asegurando que, como dijo Jesús, "su historia está aún abierta, y está abierta con una misión". Así, disipó cualquier duda sobre su futuro, ante algunas críticas y versiones de sus opositores dentro de la jerarquía eclesiástica, que por un lado insisten en que su salud no es óptima y por otro lo acusan de comandar la "gerontocracia" vaticana.
Según registró el diario La Nación, en una nota de su corresponsal en Roma, Elisabetta Piqué, ayer, durante una misa que celebró junto a cardenales para recordar el 25 aniversario de su ordenación episcopal -ocurrida el 27 de junio de 1992 en Buenos Aires, hace exactamente 25 años- el Papa dijo: "A nosotros, que tenemos una edad avanzada, el Señor nos dice hoy que no es hora de cerrar nuestra vida, nuestra historia. El Señor nos dice que nuestra historia está aún abierta, está abierta hasta el final y está abierta con una misión"
Cabe recordar que el 17 de diciembre Francisco cumplirá 81 años, y que, al contrario de las versiones malintencionadas, ostenta perfecta salud y mantiene constante actividad.
En la Capilla Paulina del Palacio Apostólico, ante unos 40 cardenales llegados de todo el mundo, manifestó: “Algunos que no nos quieren dicen que nosotros somos la gerontocracia de la Iglesia. Es una burla. No entienden lo que dicen. Nosotros no somos gerontes, somos abuelos. Y si no sentimos esto, debemos pedir la gracia de sentirlo”. La misa fue transmitida en directo por Centro Televisivo Vaticano.
Algunos pasajes de su homilía -según analiza La Nación- constituyeron “un mensaje claro a la jerarquía eclesiástica y a los sectores que se le oponen y que esperan que su pontificado termine pronto”.
Para fundamentar sus dichos, el Papa recurrió a recordar al patriarca Abraham, "que cuando fue llamado por Dios se estima que tenía unos 70 años". "Abraham -agregó- cuando recibió el llamado divino tenía más o menos nuestra edad, estaba por jubilarse y era un hombre anciano, con el peso de la vejez, esa vejez que trae dolores, enfermedades". "¡Como si fueras un joven, levántate, anda! ¡Como si fueras un scout, ve, mira y espera! Y esta palabra de Dios es también para nosotros, que tenemos una edad que es como la de Abraham, más o menos. Hay algunos jóvenes aquí, pero la mayoría de nosotros está en esta edad. Y a nosotros hoy el Señor nos dice lo mismo: '¡Levántate! ¡Mira! ¡Espera!'", dijo Francisco. "Nos dice que no es hora de cerrar nuestra vida, nuestra historia. El Señor nos dice que nuestra historia está aún abierta, está abierta hasta el final y está abierta con una misión. Y con estos tres imperativos nos indica la misión: '¡Levántate, mira, espera!'", agregó.
El Papa puso en valor la capacidad afectiva y el poder de comunicación de los miembros de la iglesia de mayor edad: “Nosotros somos abuelos llamados a soñar y a dar nuestro sueño a la juventud de hoy, que lo necesita. Porque ellos tomarán de nuestros sueños la fuerza para profetizar y seguir adelante”, afirmó.
Según la crónica de La Nación, “Francisco evocó las figuras de dos abuelos como Simeón y Ana, del Evangelio, a quienes elogió por su 'capacidad de soñar'. Y esto es lo que el Señor hoy nos pide: ser abuelos, tener vitalidad para dar a los jóvenes, porque ellos esperan eso de nosotros. No cerrarnos, dar lo mejor de nosotros: ellos esperan de nuestra experiencia, de nuestros sueños positivos para llevar adelante la profecía y el trabajo”.
Cinco nuevos cardenales menores de 80 años
El Papa designará hoy en el Vaticano a 5 nuevos cardenales, entre ellos a un simple sacerdote latinoamericano, el salvadoreño Gregorio Rosa Chávez, defensor de los pobres y de la paz, un gesto inédito en la milenaria historia de la iglesia católica.
La decisión de Francisco de otorgar el título cardenalicio a Rosa Chávez, un obispo auxiliar que depende de su arzobispo, según la jerarquía, es un mensaje para todos los católicos sobre el tipo de iglesia que Francisco promueve.
“Al nombrar cardenal a monseñor Rosa Chávez, un obispo identificado con los pobres, el Papa está marcando nuevos tiempos para la iglesia”, explicó El Salvador Edín Martínez de la fundación dedicada a Óscar Arnulfo Romero, el monseñor salvadoreño asesinado en 1980 mientras oficiaba misa y beatificado en 2015 por su defensa de los pobres.
Gregorio Rosa Chávez fue un seguidor de Romero y durante años bregó para que el arzobispo de San Salvador fuera beatificado. “El Papa tiene el sueño de una iglesia pobre para los pobres, y ese era el sueño de Romero, ambos tienen muchas similitudes”, reconoció recientemente el futuro purpurado.
En el curso de la misma ceremonia, entre las más solemnes que se celebran en la basílica de San Pedro, el Papa entregará la birreta cardenalicia también a Juan José Omella, arzobispo de Barcelona, así como a Jean Zerbo, arzobispo de Bamako (Mali), a Anders Arborelius, obispo de Estocolmo (Suecia) y a Louis-Marie Ling Mangkhanekhoun, vicario apostólico de Pakse (Laos). Los 5 nuevos cardenales provienen de 5 países diferentes, son todos menores de 80 años y por lo tanto podrán formar parte de un eventual cónclave para la elección de un nuevo Papa.
Francisco, de 80 años, que ha creado cardenales por cuarta vez desde su elección en 2013, ya ha nombrado personalmente a más de una tercera parte de los cardenales electores, que es de 121. Un porcentaje significativo, que cambia el equilibrio geográfico del colegio cardenalicio, ya que los europeos perdieron la mayoría y ha incrementado la presencia de religiosos provenientes de América Latina, África y Asia. En 8 años de papado, Benedicto XVI creó 78 cardenales y Juan Pablo II designó 94 en casi 27 años de pontificado.