El papa Francisco aceptó la renuncia del comandante de la Gendarmería del Vaticano, Domenico Giani, tras la filtración a la prensa de informaciones sobre fraudes en el Vaticano.
La publicación por parte de la revista italiana L'Espresso de una circular firmada por Giani el 2 de octubre, con las fotos y nombres de las cinco personas investigadas y "suspendidas por precaución" de sus funciones, generó entonces escándalo ya que involucraba a importantes funcionarios de la Santa Sede.
"Dicha publicación perjudicaba gravemente tanto la dignidad de las personas implicadas como la imagen de la Gendarmería", reza este lunes el comunicado de la Santa Sede en el que se anuncia que el papa aceptó la renuncia de Domenico Giani.
La filtración de esos documentos es ahora objeto de una investigación paralela, a pedido del papa.
En el comunicado, el Vaticano sugiere que Giani no está involucrado en la filtración, algo que el papa comparó el sábado pasado a "un pecado mortal" y deja entender que se trató de una maniobra para perjudicarlo.
Para el pontífice, la "difusión ilícita" de documentos reservados "va en detrimento de la dignidad de las personas y del principio de la presunción de inocencia", comentó el sábado el director de la sala de prensa del Vaticano, Matteo Bruni.
Giani, de 57 años, célebre por ser el guardaespalda del papa porque acompaña al papamóvil o corre a su lado con traje oscuro, comenzó su carrera en el servicio secreto italiano.
Desde hace 20 años se vinculó a las fuerzas de seguridad del Vaticano y llegó a ser el jefe de ese cuerpo en 2006.
Al aceptar su salida, el papa le agradeció su "lealtad incuestionable" y su "profesionalidad", dijo.
Su renuncia representa una "expresión de libertad y responsabilidad institucional", añadió Francisco.
A principios de octubre un grupo de cinco funcionarios del Vaticano, entre ellos dirigentes de la Secretaría de Estado e inspectores de finanzas, fueron suspendidos tras una investigación sobre transacciones inmobiliarias ilegales, según informó en exclusiva L'Espresso.
La oficina de prensa del Vaticano se había limitado a anunciar la víspera la incautación de una serie de "documentos y dispositivos electrónicos" de las oficinas de la Secretaría de Estado y de la autoridad encargada de la información financiera.
La publicación italiana, tradicionalmente bien informada sobre asuntos vaticanos, divulgó la circular completa de la gendarmería vaticana con fotos, nombres y cargos a las cinco personas que habían sido "suspendidas por precaución" de sus funciones.
La información había sido enviada a todos los empleados y a todos los guardias suizos que vigilan las entradas a la Ciudad del Vaticano.
La nota establece que las cinco personas solo podrán acceder a los servicios médicos y que una de ellas, el obispo Mauro Carlino, puede seguir viviendo en la misma residencia que el papa Francisco.
Las transacciones irregulares de las que se sospecha participaron están relacionados con compras de inmuebles millonarios realizadas en el exterior, en particular en Londres, con la colaboración de empresas británicas.
El caso está en manos de la justicia vaticana que investiga si hubo fraude en operaciones inmobiliarias con dinero de la Santa Sede.