Con su promesa de renovación de la vida política y una batería de reformas, el movimiento del presidente centrista Emmanuel Macron obtuvo este domingo una mayoría absoluta abrumadora en las legislativas en Francia, donde la oposición quedó malherida.
La República en Marcha (LREM) de Macron, creado hace poco más de un año, y su aliado centrista del MoDem barrieron a los principales partidos históricos de izquierda y derecha con entre 355 y 403 escaños de 577, muchos más de los 289 necesarios para la mayoría absoluta, según las estimaciones preliminares publicadas por los institutos de opinión.
Aunque holgada, esta victoria es inferior a los pronósticos de encuestas recientes que llegaron a predecir hasta 470 escaños a los centristas.
Y además se ha visto empañada por un índice récord de abstención en este tipo de comicios, que superará el 56%, según institutos. La victoria anunciada del partido del presidente, junto con un desinterés creciente por la política, ha disuadido a muchos votantes de acudir a las urnas.
"Obtenemos una mayoría clara pero al mismo tiempo los franceses no han querido firmar un cheque en blanco", comentó el portavoz gubernamental Christophe Castaner.
La metamorfosis en la Asamblea Nacional saltará a la vista: la mitad de los nuevos diputados no han ocupado nunca cargos electos y proceden de la sociedad civil, habrá muchos más jóvenes y mujeres, y una mayor diversidad étnica.
En opinión del profesor de Derecho Constitucional Didier Maus, "se tiró todo lo que representaba un sistema anterior y se está intentando otra cosa". Estas elecciones desembocan en "la mayor renovación del elenco político desde 1958 y quizá 1945".
El presidente más joven de la historia de Francia -tiene 39 años- y prácticamente desconocido hace apenas tres años se ha fijado como prioridad reformar el país de cabo a cabo con un abanico de propuestas socioliberales.
La nueva Asamblea Nacional empezará por votar tres proyectos de ley: uno sobre la moralización de la vida pública -tras una campaña deslustrada por diferentes escándalos político-financieros- otro para reforzar las medidas de seguridad contra el terrorismo y un tercero sobre la reforma del código del trabajo.
"La nueva Francia"
Con su triunfo bajo el brazo, el europeísta Emmanuel Macron acudirá en posición de fuerza el jueves y viernes a una reunión del Consejo Europeo en Bruselas.
En el poco más de un mes que lleva de presidente, Macron se labró una reputación a nivel internacional de hombre carismático. En mente de todos está la imagen del firme apretón de manos con el presidente estadounidense Donald Trump - interpretado como un desafío -, y su liderazgo mundial en la lucha contra el cambio climático cuando Estados Unidos decidió salirse del acuerdo.
Puertas adentro, también hay quien dice que la victoria electoral de su movimiento en las legislativas se debe sólo a su arrebatadora personalidad.
Los demás partidos se tienen que conformar con resultados magros.
Los conservadores reunidos bajo el nombre de Los Republicanos (LR) terminarían con entre 128 y 130 diputados, de los cuales una parte está dispuesta a apoyar al partido de Macron, siempre según estimaciones de los institutos de opinión.
"Es más que una derrota, es el final de una época", comentó la exministra de derecha Valérie Pécresse.
Los socialistas pierden la mayoría y acaban por los suelos con entre 46 y 50 escaños tras el impopular gobierno de François Hollande, marcado por el desempleo y los atentados yihadistas.
El ultraderechista Frente Nacional (FN) pasaría de dos a seis escaños. Su líder Marine Le Pen, finalista con Macron en las presidenciales de mayo, sobrevive a la hecatombe, con su primer escaño parlamentario.
"Frente a un bloque que representa los intereses de la oligarquía, somos la única fuerza de la resistencia", dijo Marine Le Pen. Una victoria amarga para quien aspiraba a liderar el primer partido de la oposición y ni siquiera tendrá grupo parlamentario propio.
El movimiento de izquierda radical Francia Insumisa del tribuno Jean-Luc Mélenchon obtiene una treintena de bancas, incluyendo el Partido Comunista.
Como marca la tradición, el primer ministro Edouard Philippe presentará, lunes o martes, la dimisión de su gobierno. Se le encomendará la formación de otro, con una posible remodelación. "Empieza el tiempo de la acción", declaró.