Casi una semana después del atentado de Niza, el estado de emergencia fue prolongado por 6 meses en Francia, donde el ejecutivo socialista llama a la movilización de los ciudadanos para participar en la lucha antiterrorista y preservar la unidad del país.
“Llamo a los franceses a tomar contacto con las asociaciones de protección civil, a seguir cursos de primeros auxilios y prepararse para tareas de salvamento”, puesto que “debemos ser conciudadanos capaces de intervenir y salvar” a otros, declaró ayer el presidente François Hollande.
Durante una visita a un centro de formación de la gendarmería, llamó “a los franceses que así lo deseen” a integrarse en las diferentes reservas de las fuerzas de seguridad. Con todos estos reservistas, “se constituiría una guardia nacional” en Francia, aseveró.
Quince mil reservistas operacionales de gendarmería y policía estarán disponibles “de aquí a fin de mes”, sumándose a los 13.000 que hay actualmente, para “garantizar la seguridad de los diferentes eventos del verano”. La Defensa “movilizará a los 28.000 titulares enrolados para que estén disponibles en las próximas semanas”, precisó.
Durante la noche de ayer, en un clima político espeso debido a las acusaciones de falta de energía lanzadas por la oposición al gobierno, la Asamblea Nacional adoptó la prolongación por seis meses del estado de emergencia, hasta enero de 2017, lo que facilita los allanamientos y arrestos domiciliarios.
La ley, sometida ayer al voto del Senado, prevé también el acceso a datos informáticos y de teléfonos móviles.
Este régimen de estado de emergencia se encuentra en vigor desde los ataques yihadistas del 13 de noviembre de 2015 en París.
Aunque el gobierno subrayó que Francia debe prepararse para “otros atentados” y otros “inocentes muertos”, rechazó adoptar otras medidas de seguridad solicitadas por la oposición de derecha.
Ésta reclama en particular la creación de centros de detención preventiva para personas sospechosas de radicalización islamista. No se trata de instaurar en Francia “una legislación de excepción”, puesto que este país debe continuar siendo un Estado de derecho, replicó el primer ministro Manuel Valls.
“El riesgo sería ceder sobre nuestras libertades sin ganar nada sobre nuestra seguridad. Jamás, hasta el final de mi mandato consideraré al Estado de derecho como un obstáculo, porque ello sería el fin del Estado”, insistió ayer Hollande.
Se vive un tenso clima político desde el atentado de Niza (que dejó 84 muertos y más de 350 heridos), la tercera matanza masiva perpetrada en Francia desde enero de 2015. Hollande precisó ayer que “15 personas se encuentran aún entre la vida y la muerte”.
Una encuesta dada a conocer el martes refleja un rechazo masivo de los franceses a los principales candidatos potenciales a las presidenciales. Un 73% no quiere “en ningún caso” que François Hollande sea reelegido y un 66% no desea la vuelta de Sarkozy a la presidencia.
Anulan eventos veraniegos por temor a los atentados
Algunos acontecimientos que “no presentan garantías satisfactorias de seguridad” en París y en la región parisina serán cancelados, como la transformación de la avenida Campos Elíseos en vía peatonal, el cine al aire libre o un torneo de baloncesto, anunció el miércoles la policía.
Después del atentado de Niza, “los dispositivos para mantener la seguridad de diferentes actos han sido objeto de un examen exhaustivo”, precisó la policía en un comunicado, dando cuenta de las cancelaciones o del refuerzo de la seguridad según los acontecimientos.
La prohibición del tráfico vehicular un día al mes en los Campos Elíseos, una arteria que recibe diariamente un promedio de 300.000 visitantes, incluidos numerosos turistas, fue decidida en mayo por la alcaldía de París (socialista). El próximo domingo 24 de julio, la famosa avenida se cerrará a la circulación por la llegada del Tour de Francia ciclista. AFP