La lesión que convirtió a Franck Ribéry en una de las grandes estrellas ausentes en el Mundial desató ayer una polémica entre la federación francesa y el Bayern Munich, que se acusaron mutuamente por la situación.
Hans-Wilhelm Müller-Wohlfahrt, médico del Bayern, aseguró “con todo énfasis” que la razón por la que el delantero rechazó un tratamiento en Francia no fue que tuviese una fobia a las inyecciones desarrollada en el club alemán, como acusó la selección gala.
En un comunicado emitido por su abogado, Müller-Wohlfahrt explicó que Ribéry “no tiene ningún pánico a las inyecciones” y que lo único que ocurrió es que “rechazó el tratamiento con cortisona recomendado en Francia”.
El doctor aseguró incluso que Ribéry viajó directamente a Múnich cuando se confirmó que no podría jugar el Mundial “para seguir tratándose como hasta entonces sin cortisona y sin analgésicos”.
Hasta entonces, acusó el comunicado, la Federación Francesa de Fútbol (FFF) prohibió incluso a Ribéry consultar por su lesión a Müller-Wohlfahrt, una eminencia de la medicina deportiva alemana que trabaja desde hace años en el Bayern.
El médico fue más allá y aseguró que, si Ribéry se hubiese tratado con él, “su participación en el Mundial habría sido posible”.
La polémica estalló el jueves cuando Franck Le Gall, médico de los “bleus”, acusó al Bayern de solucionar “cada patología con jeringas”.
Ribéry recibió “al menos 30 inyecciones” en lo que va de temporada y por eso no quiso someterse a un tratamiento que lo habría curado y que incluía inyecciones, aseguró. Le Gall lanzó una provocación al Bayern diciendo que en la selección “no hay gurúes ni brujos”.
El doctor también consideró un error que Ribéry disputase el 17 de mayo la final de la Copa alemana entre el Bayern y el Borussia Dortmund, que terminó 2-0 para los bávaros. El galo entró de suplente y luego fue sustituido en el alargue.
El delantero de 31 años iba a ser una de las estrellas de Brasil 2014, pero no se recuperó a tiempo de sus problemas crónicos de espalda y a último momento confirmó su baja en el certamen.
El choque entre la federación francesa y el Bayern recordó a muchos el que el club muniquense mantuvo hace cuatro años con la federación holandesa por el estado de Arjen Robben tras el Mundial de Sudáfrica.
Holanda hizo jugar al delantero en el Mundial pese a que arrastraba una lesión desde antes del torneo. A su regreso Múnich, Robben afrontó una larga baja que llevó al club a exigir una indemnización a la federación holandesa.
La tensión duró meses y se resolvió medio año después cuando ambas partes acordaron disputar un amistoso.