El fracking y el calentamiento planetario producirán, de no tomarse medidas contundentes, consecuencias a nivel planetario que afectarán seriamente a las generaciones venideras. Ambos temas están ligados entre sí con la producción petrolera. Si bien no he tenido actividad práctica en la industria petrolera, siento la necesidad de hacer algunos comentarios con la finalidad de aclarar conceptos en la población que, sospecho, está mal informada.
La fracturación hidráulica (denominada fracking en inglés) es un procedimiento para extraer hidrocarburos, principalmente metano, que se encuentran atrapados en la llamada “roca madre”, donde se generó el petróleo.
Esta metodología se usa luego de agotarse la explotación petrolera clásica, o “convencional”.
La roca madre es impermeable, de grano fino y se le llama “lutita”, o esquisto (“shale” en inglés).
La fracturación hidráulica no debe confundirse con la explotación convencional, aplicada por alrededor de 70-100 años en muchos países.
El fracking es una técnica de extracción altamente agresiva para el medio ambiente, con elevada contaminación y enorme consumo de agua, que conlleva graves consecuencias para los ecosistemas.
En este método se realiza fracturación de la roca madre, debido a su impermeabilidad, y se le llama explotación “no convencional”.
Se perforan pozos verticales que, a cierta profundidad, se desvían para perforar horizontalmente la roca madre.
Se inyecta, en el pozo, agua con arena a muy alta presión, acompañada por alrededor de 600 compuestos químicos para fracturar la roca.
La cantidad de agua dulce inyectada es enorme: decenas de millones de litros de agua, equivalente a alrededor de 200 camiones tanques.
La inyección de estos grandes volúmenes de agua da origen a serios problemas, tales como (Healy 2012, pág. 4; Osborn et. al 2011):
* Terremotos inducidos por deslizamiento sobre fallas cercanas.
* Contaminación del agua subterránea y, posiblemente aún, el agua para beber, contaminada con gas metano y otros químicos.
* Emisiones de compuestos volátiles, tales como: dióxido de carbono y metano, en la atmósfera.
* El derrame de agua de formación, fuertemente contaminada, producido a partir de piletas o tanques de almacenamiento.
En el agua que se inyecta hay compuestos muy peligrosos, (muchos de ellos cancerígenos).
El agua inyectada fractura la roca, permitiendo así que el metano y otros hidrocarburos se liberen, ascendiendo por la tubería del pozo, juntamente con parte del “agua de fracturación”.
Esta agua es la mezcla del agua dulce inyectada, (más 2% de químicos, ya mencionados), con los compuestos químicos aportados por la roca madre fracturada.
Muchas de las lutitas que se fracturan, contienen cantidades peligrosas de elementos químicos y compuestos que pueden estar disueltos en el fluido de fracturación que retorna a la superficie.
Estos incluyen: metano, dióxido de carbono, sulfuro de hidrógeno, trazas de mercurio, arsénico, plomo, materiales radiactivos (radio, torio y uranio) y componentes volátiles orgánicos los cuales, fácilmente, se evaporan, tales como el benceno, el cual es cancerígeno (Healy 2012, pág. 13).
El agua de fracturación que llega a la superficie (millones de litros de agua contaminada) no es recuperable como agua para uso humano o cultivos; es decir, es agua que se pierde definitivamente; no hay recuperación posible.
Esta agua se derrama en piletas o tanques pero, finalmente, termina contaminando la tierra, el agua subterránea y el aire.
Además, durante la fracturación hidráulica hay poco control directo de la fracturación alcanzada (Healy 2012, pág. 9), es decir, ésta es incontrolable.
La razón de ello es que no se conocen con exactitud las características geológicas de la formación a fracturar, debido a que la roca madre está, en algunos casos, a miles de metros de profundidad.
Por lo tanto, es factible que las fracturas producidas por el fracking, podrían conectarse a zonas permeables o falladas, por encima de la zona fracturada y así vincularse a zonas cercanas a la superficie, permitiendo la salida de agua contaminada y metano por cualquier zona del terreno, contaminando así lagos y ríos. (Healy 2012, pág. 9).
Ya han ocurrido casos: en Australia, gas metano en un río, el cual se incendió con un fósforo. En otro caso, (en EEUU), salió metano, juntamente con agua al abrir un grifo en una casa de familia. Esto implica una grave contaminación y es causa suficiente para que las autoridades responsables pongan frenos a esta metodología de extracción, puesto que el agua es más importante que el petróleo, y esencial para la vida.
La fracturación hidráulica, debido al enorme consumo de agua que efectúa y al metano que libera en la atmósfera, se conecta con el muy importante tema del calentamiento global, producido por el dióxido de carbono en la atmósfera.
Una fuente principal es la combustión en los motores de automóviles. A causa de esto, está aumentando la temperatura global del planeta y, como consecuencia, se retraen los glaciares que constituyen la fuente fundamental de agua dulce en ríos y lagos.
El metano liberado en la atmósfera contribuye a acelerar el calentamiento del planeta, debido a que este gas posee un efecto invernadero de aproximadamente 20 a 40 veces superior al del dióxido de carbono.
Debemos tener en claro que el fracking y la extracción en general de petróleo, en los países en que se aplica, va a contramano del Acuerdo de París respecto del cambio climático.
Estamos priorizando el petróleo en detrimento del agua.
Este camino nos está llevando a una grave crisis, un verdadero suicidio.
Debemos reducir drásticamente el uso del petróleo como combustible.
Los gobiernos mundiales no toman conciencia de la velocidad del proceso de calentamiento.
Hay que actuar con rapidez y firmeza, atacando las fuentes principales del dióxido de carbono.
El uso de energías no contaminantes de la atmósfera, es también esencial, (paneles solares, geotermia, energía eólica, energía hidroeléctrica, etc.).
Referencias:
- Healy, D., 2012, Hydraulic Fracturing or "Fracking": A Short Summary of Current Knowledge and Potential Environnmental Impacts. Department of Geology and Petroleum Geology. University of Aberdeen, Aberdeen, AB24 3UE, United Kingdom.
- Osborn, S.G., Vengosh, A., Warner, N.R., Jackson, R.B., 2011. Methane contamination of drinking water accompanying gas-well drilling and hydraulic fracturing. Proceeding of the National Academy of Science, v. 108, pp 8172-8176.