Como profesora de la cátedra de Reservorios de la carrera de Ingeniería de Petróleos de la UNCuyo, al iniciar el tema de la explotación de reservorios no convencionales, manifiesto mi satisfacción al saber que los alumnos podrán desempeñarse en uno de los campos hidrocarburíferos de mayor importancia mundial: Vaca Muerta, ubicado en Malargüe.
Es clave en cualquier país la disponibilidad de energía. Nos permite transportarnos, cocinar o calefaccionarnos. Sin energía no habría industrias que generen empleo y bienes. El consumo de energía en el mundo aumenta de manera continua, siendo hasta el momento abastecido principalmente por el petróleo y el gas.
Impulsado por esa necesidad de energía surgió un fuerte desarrollo de los reservorios no convencionales hace unos años en EEUU gracias a la utilización del fracking o fracturación hidráulica. Esto llevó a ese país a ser uno de los mayores productores de petróleo del mundo, alejándolo de la dependencia energética para abastecerse y disminuyendo fuertemente el precio del gas a sus habitantes.
Argentina junto a EEUU y China son los países poseedores de los mayores recursos de gas y petróleo no convencional del mundo. Vaca Muerta es la principal formación de este tipo. Se ubica en la Cuenca Neuquina, con una superficie de 30.000 km2, a una profundidad de 2.500 m y se desarrolla en gran parte de Neuquén y el sur de Mendoza. Se estima que Vaca Muerta podría abastecer de gas al país, con el actual nivel de consumo, por alrededor de 400 años.
Neuquén primero y hace unos días Mendoza han habilitado legalmente el uso del fracking por parte de las petroleras en sus territorios. Neuquén, fue pionera en el desarrollo mediante fracking de Vaca Muerta y en pocos años logró que un gran porcentaje de su producción total de gas y petróleo provenga de reservorios no convencionales. En esa provincia se espera un crecimiento de las regalías a partir de las inversiones que realizan algunas de las principales petroleras del mundo que apuestan a la producción en Vaca Muerta. El centro de actividades petroleras es la localidad de Añelo, dónde estos años ha avanzado de manera puntual el desarrollo urbanístico. El futuro de Malargüe entonces se vuelve muy auspicioso.
Quiero finalmente referirme al fracking. Es una técnica con más de 50 años de aplicación en el mundo que busca copiar a la naturaleza y producir artificialmente microfisuras, es decir, caminos para que el gas y el petróleo puedan escapar y llegar al pozo. Para lograrlo se inyecta en los pozos a alta presión una mezcla de 98% de agua para abrir pequeñas fisuras, mezclada con 1,5% de arena como soporte para evitar que se vuelvan a cerrar y 9,5% de productos químicos. La mayoría de dichos aditivos está presente en aplicaciones comerciales y hogareñas, en general, en concentraciones varias veces más elevadas que en los fluidos de esta fractura.
Además, la información sobre los aditivos químicos no es secreta y se pone a disposición de las autoridades de aplicación y regulatorias. El fracking se hace una sola vez en la vida de un pozo y éste luego produce hidrocarburos por alrededor de 40 años. El agua que se inyecta tiene un bajo porcentaje de agua dulce: en parte retorna a la superficie y se la reutiliza en otras fracturas, en procesos de recuperación secundaria de hidrocarburos convencionales o se descarga en pozos sumideros a miles de metros de profundidad, pero nunca se vuelca a cauces ni al ambiente.