Luego del fracaso económico estrepitoso del gobierno anterior, recrudecen, lógicamente, las críticas.
Un gobierno que llegó al poder esgrimiendo apelaciones publicitarias pergeñadas por sus asesores electorales, tales como “pobreza cero” y “la inflación es lo más fácil de resolver”, y que deja una pobreza del 40,8% y una inflación anual superior al 55%, no tiene argumentos razonables en su defensa. Esos frustrantes eslóganes se sumaron a los que posteriormente siguieron bombardeando a la población, tales como “habrá una lluvia de inversiones”, “lo peor ya pasó”, “vienen los brotes verdes”, “vemos la luz al final del túnel”, “estamos creando las bases para los próximos treinta años”, “estamos en mitad del río” y otras paparruchadas por el estilo.
Luego de las PASO, en una orquestada campaña con reminiscencias tradicionales, el presidente declamaba en treinta ciudades, en forma uniforme y sistemática, que “ahora viene el crecimiento, la mejora de los salarios y el alivio a fin de mes”, para que, casi como un corolario grotesco, después de las elecciones se desencadenara un conjunto de reajustes que deterioraron aún más el poder adquisitivo.
Pero ¿por qué los economistas neoliberales también critican la gestión macrista? ¿Acaso no implementó sistemáticamente las políticas típicas de su orientación ideológica? ¿Se esperaban resultados distintos de los verificados en otros países, luego de aplicar las mismas políticas?
Como en otras oportunidades, los lectores de Los Andes accedieron a información anticipada privilegiada. El 14/nov/2017 se publicó “Políticas económicas: pautas para entender lo que pasó y lo que pasará”, mencionando las políticas típicas del neoliberalismo. Veamos cómo se aplicaron.
1. Políticas monetarias restrictivas: aumentar las tasas de interés (intentando mantener o reducir la oferta de dinero) hasta lograr una inflación cercana a cero y evitar el riesgo de devaluaciones. Aplicaron tasas de interés insólitas, que llegaron a más del 100% anual, pretendiendo con esta única herramienta disminuir la inflación, desde luego, sin resultado.
2. Políticas fiscales restrictivas: aumentar los impuestos sobre el consumo. Las políticas de tarifas dolarizadas funcionaron como impuestos al consumo, con transferencias al sector energético. Mientras en USA el millón de BTU de gas promedió una compensación en boca de pozo de U$S 2,33 (octubre/2019), acá se pagaron valores que llegaron a U$S 7,50, en gran parte soportados por el consumidor, pero incluso argumentando supuestos subsidios. Reducir impuestos sobre la producción, renta personal y beneficios empresariales. Se argumenta que esos recortes animarían a los ricos a invertir más y crear riqueza, al permitirles quedarse con un mayor porcentaje del fruto de sus inversiones, pretendiendo que, una vez creada una mayor riqueza, los ricos gastarían más, creando más empleo, generando más ingresos para el resto de la población. Este enfoque recibe el nombre de teoría del derrame, pero nunca ha sido convalidado por evidencia empírica. Al mismo tiempo, se recortaron los subsidios otorgados a los pobres y se disminuyeron salarios, para incentivarlos a trabajar más. Esto tiene una lógica curiosa: ¿por qué hay que enriquecer todavía más a los ricos para que trabajen más arduamente y empobrecer aún más a los pobres con el mismo propósito? Drástica reducción del gasto público, con equilibrio fiscal, desaconsejando el déficit. A pesar de la reducción de gastos en salud y sociales, incluyendo deterioros jubilatorios, no se logró eliminar el déficit. Los desembolsos por intereses alcanzaron enormes cifras.
3. Liberalización/desregulación: amplia liberalización de la economía, eliminando restricciones y regulaciones, implicando apertura de mercados, libre comercio en general y de inversiones y movilidad de flujos financieros. Estas flexibilizaciones determinaron la quiebra de miles de PYMES, crisis y reducción de actividades para las más grandes y desempleo. La capacidad industrial ociosa llegó al 40%. En el aspecto financiero, el anclaje del dólar permitió, mediante la inversión en Lebac y Leliq, obtener rentabilidades inéditas para fondos extranjeros y entidades financieras. Lograr flexibilización laboral y frenar el poder económico y político del sindicalismo. No lograron implementar la “flexibilidad laboral”, concebida para facilitar los despidos y se intentó afectar al sindicalismo, pero la fuerza de los sindicatos argentinos resistió estos intentos.
4. Privatización: minimizar intervención y participación del Estado en la economía, privatizando empresas públicas. Extensión de la iniciativa privada a todas las áreas de la actividad económica. Ya la mayor parte de los prestadores de servicios están privatizados, pero, sobre todo en CABA se vendieron numerosos inmuebles destinándolos a emprendimientos inmobiliarios. Se prorrogaron arbitrariamente contratos de servicios y de peajes.
5. Sociedad: remplazar el imaginario colaborativo, solidario y de comunidad por uno individualista y de competencia. Constantemente se pregonó la importancia del esfuerzo individual (“cada uno con su remo”) desalentando los conceptos de solidaridad (“son pobres porque no quieren trabajar”, “se creían que podían tener celulares y plasmas”).
¿Qué viene ahora? Las medidas que se anuncian tienen una buena coincidencia con lo ya propuesto en Los Andes, tales como:
1. Implementar programas de asistencia alimentaria (LA, 23/09/19).
2. Estímulo del consumo, mejorando ingresos de asalariados, jubilados y sectores postergados (LA, 10/05/18; 22/07/18; 12/03/19)
3. Resolver el tema del injustificable nivel de tarifas (LA, 23/08/18; 25/09/18; 02/05/19)
4. Desagregar el dólar comercial del financiero y turismo (LA 23/09/19).
5. Solucionar el problema de las Leliq y los elevados niveles de interés (LA, 23/08/18), destinando parte de esos recursos a la expansión del consumo (LA 23/2019).
6. Restablecer equidad impositiva, incrementando el impuesto a los bienes personales, en especial los provenientes del blanqueo que permanecen en el exterior (LA 22/07/2018, 12/03/2019)
7. Restablecer en los niveles porcentuales las retenciones a las exportaciones mineras y de soja (LA 22/07/2018).
¿Qué sería deseable?:
a. Regular los flujos especulativos de capital, estableciendo plazos mínimos, encajes u otras herramientas conducentes.
b. La evasión impositiva es un tema persistente, alcanzando un tercio del IVA, con fuga de capitales. Buena parte de las grandes empresas tienen domicilios en paraísos fiscales y/o de baja tributación (Suiza, Luxemburgo, etc.). Ello permite triangular exportaciones e importaciones, inflando costos y precios y trasladando utilidades a esos países.
c. Solucionar la concentración oligopólica industrial y comercial.