Lo que sucedió en la final por la medalla de bronce de lucha libre entre Mongolia y Uzbekistán fue increíble. La imagen, con dos hombres en ropa interior, bien podría pertenecer a una comedia hollywoodense a una escena del teatro de revista.
Sucedió que Ganzoriguiin Mandakhnaran, representante de Mongolia iba ganando el duelo y, cuando faltaban pocos segundos, comenzó a festejar el tercer puesto, pero los jueces lo castigaron por desnudarse y lo descalificaron, por lo que le dieron por ganada la pelea al uzbeko Ixtiyor Navrozov.
En medio de la confusión generalizada, los entrenadores de Mandakhnaran comenzaron a quejarse con vehemencia hasta que decidieron, insólitamente, desnudarse en medio del estadio como método de protesta.
Así fue como los jueces, que no podían creer lo que estaba pasando, intentaron disuadir la obsena manifestación, aunque todo ya estaba hecho.
Lo cierto es que Mandakhnaran, además de quedarse sin medalla, fue protagonista de un verdadero papelón en el último día de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.