Muchos de nosotros aún nos acordamos de lo que significaban las fotos de las vacaciones: rollo, 16, 24 o 36 tomas, nunca sabíamos como había quedado la imagen, y disfrutarlas sería una cuestión de semanas, hasta que volvíamos a casa y podíamos llevar a revelar la cinta.
En la actualidad tomar una foto es tan instantáneo y simple que con sacar el teléfono del bolsillo alcanza y sobra. Todos estamos a segundos de ver como quedó, corregir imperfecciones, añadir un filtro divertido, y compartirlo con seres queridos en las principales redes sociales.
Las vacaciones son el momento perfecto para disfrutar de las fotos, pero muchos no tienen seguridad de querer usar el teléfono como única y principal cámara, por lo que prefieren comprar aparatos dedicados para plasmar sus recuerdos. ¿Conviene esto? ¿Qué beneficios trae una cámara de bolsillo frente al teléfono?