Hace algunos días recibí la notificación de una fotomulta (acta de infracción de tránsito-velocidad) por una supuesta infracción, transitando por el km 984 de la ruta nacional 7, generada por la Municipalidad de San Martín. Grande fue mi sorpresa, al ver la velocidad a la que yo me desplazaba, según dicha acta, que es tan irreal como fraguada. Nunca en mi vida conduje un automóvil a 133 Km/h. Ni cuando tuve 20 años, menos ahora que tengo 78 años, he conducido a esa velocidad.
Me sentí como en las películas del Far West, donde los viajeros eran asaltados por cuatreros en cualquier cruce de caminos... Sólo faltó que salieran de la intersección de la ruta secundaria y la 7 -donde estaban apostados- con su furgón, desde ese camino lateral de tierra, envueltos en una nube de polvo, cinemómetro en mano y... zas... ¡foto asalto!
Creo, sinceramente, que el cinemómetro que utiliza esta Municipalidad, que dice estar homologado por no se qué subsecretaría, tiene serios problemas de calibración o, peor aún, alguien interviene para que dé lecturas tan erróneas e inexactas.
Pensé en hacer mi descargo ante la autoridad competente, pero no creo poder obtener una explicación convincente, sólo excusas, e imagino el final de un largo y burocrático trámite con asesoramiento legal mediante, honorarios y costas a mi cargo.
Hace algún tiempo, leí en algunos medios muchos reclamos sobre este mismo o parecido tópico, de gente que reclamaba a esta Municipalidad, ignoro con qué suerte... La historia se repite.
Pero con razón o sin ella, me apresuraré a pagar la multa, con el 70% de descuento, claro... (aunque ojo..., cuando la limosna es grande, hasta el santo desconfía) y porque además siempre he cumplido con mis obligaciones, pero ya es hora de sincerarnos y llamar a las cosas por su nombre.
A buen entendedor...
Francisco J. Borja
DNI 3.581.058