Camila tiene 21 años, es de Caballito, Capital Federal, y desde hace 4 es voluntaria de Greenpeace. Es estudiante de fotografía; ya había viajado por el interior del país y ésta era la primera vez que se movilizaba sola a un lugar tan remoto como Rusia.
Llevó su cámara para registrar la protesta de la que iba a participar junto a otros activistas contra la exploración petrolera en el Ártico. Fue elegida para formar parte de esta campaña por su experiencia en actividades anteriores: había participado en escaladas y reclamos contra la minería.