A pesar de la lluvia, con bandas en vivo, partidos de rugby, una gran feria y una veintena de carrozas que avanzaban por la avenida de Mayo, miles de personas participaron de la 27° Marcha del Orgullo LGBTIQ, que cerró frente al Congreso de la Nación con un "besazo" masivo.
Mimí Maura y Jimena Barón fueron las artistas principalesen el escenario montado junto a la Pirámide de Mayo, en el centro de la plaza y a espaldas de la Casa Rosada.
Los shows musicales se intercalaron con los discursos de las agrupaciones que integran la Comisión Organizadora de la Marcha del Orgullo (COMO), cuya consigna principal, este año, exige detener el "genocidio trans/travesti" y dice "no al ajuste, la violencia y la discriminación".
Las carrozas, que este año fueron 17, avanzaron en fila y pasaron por debajo del gran arcoiris inflable con los colores de la diversidad montado sobre la Avenida de Mayo, a la altura del Cabildo. Se marchó durante al menos dos horas hacia el Congreso donde los esperaba ya con el clásico despliegue de música, disfraces y color.
"Cerrar la marcha en el Congreso es un gesto político, es exigir a los legisladores que garanticen derechos", dijo Silvia Toledo, activista de la organización Sublevadas.
En 2017, la marcha avanzó en sentido contrario, desde Congreso a Plaza de Mayo, lo que originó críticas internas por parte de algunas organizaciones miembro de la COMO.
Debido a esta polémica y otra discusión en torno a la inclusión de los derechos de las personas trans y travestis en situación de prostitución entre las consignas, este año, cuatro organizaciones, entre ellas la Comunidad Homosexual Argentina (CHA), decidieron no participar de la marcha y organizar un festival que debía realizarse el sábado pasado en Plaza de Mayo pero se suspendió debido a las intensas lluvias.