Los cerezos florecieron, en una explosión rosada que transformó un día gris.
Los sakura, los cerezos en japonés, nunca dejan de inspirar. Los nudosos árboles florecen antes de tener hojas y de sus ramas delicadas y delgadas brotan delicadas flores rosas con blanco y nada más.
Durante más de una semana han iluminado un país que todavía trata de sacudirse el frío mientras inicia la primavera.
El "hanami" o apreciación del florecimiento de los sakura es un ritual que se realiza cada año de diversas formas en Japón, ya sea con largas caminatas contemplativas o con bulliciosos picnics en parques públicos atestados.
Y de pronto termina esta belleza efímera que colma los árboles y se va ondeando con la brisa.