El nombre... Ella es artista plástica y arquitecta. Tiene 42 años, dos hijos y 13 muestras en su camino: un camino que decidió transitar después de ejercer por una década su otra profesión.
Desde la cuna... El arte es algo que vive desde niña, cuando junto a su hermana Natasha (hoy actriz) compartían las jornadas de trabajo de su mamá, la genial escultura Eliana Molinelli, fallecida en 2004 y recordada por sus intensos trabajos en chapa de hierro.
Una necesidad... Para Tania, el arte es una necesidad, es un impulso del que no puede liberarse: "Los días que no pinto siento que no soy productiva", confiesa. Esta voluntad creadora se manifiesta en la cantidad de pinturas que tiene en su taller y su galería.
Mi voz... "Costuras de la vida", "Casi decirlo", "Yo te veo, vos me ves" (dedicada a su primer hijo), "Me desvanezco" son algunas de las series que ha expuesto en diferentes espacios de la provincia. "El arte siempre es autorreferente", desliza.
Aquí la fuerza: La chapa, la soldadura autógena, el fuego, el esmerilado, las chispas. Eso era lo cotidiano para Eliana Molinelli. "Eso me daba miedo... Cuando ella hacía eso, yo estaba en un costadito y hacía otras cosas: algún esmalte sobre cobre, por ejemplo. Fue muy lindo para mí, porque me empecé a vincular con la materia sin miedo", nos confiesa Tania. Viendo esta escultura entendemos lo autobiográfico: del útero sale un cajoncito, del cajoncito unas fichas con el nombre de sus hijas. Se llama "Mujer al rojo vivo", y podemos adivinar el por qué.
Aquí la esperanza. Esta pintura, sin título, fue donada a la Asociación Mendocina de Oncología Clínica (AMOC). Pronto la retirará.
La Firma: "Yo nací en el arte. Éramos chiquitas con mi hermana y, en lugar de jugar con muñecas, mi mamá nos decía que las armásemos nosotras y ella después las pasaba a hierro", recuerda. ¿Quiénes son tus maestros, Tania? "Mi mamá fue mi única maestra", reconoce emocionada.
La Materia: Tania pinta con esponja, en acrílico y sobre lienzos tendidos en el suelo de su casa. Se reconoce como un poco ansiosa, por lo que no le interesa el óleo (que tarda más en secarse). Aún así, sí usó tintas gráficas en sus inicios.
La Galeria: El año pasado puso sus conocimientos de arquitectura al servicio de su arte: compró en una chacarita un vagón de tren, lo restauró y lo convirtió en su propia galería, que está abierta a los interesados con cita previa. Así, ocupó un espacio vacío en su jardín y rescató (transformó) de la chatarra a una obra de arte de hierro, que alguna vez recorrió vías...: allá por 1910.
Casi decirlo: Se trata de una de sus series: "Es el intentar manifestar a través de formas", dijo. Cada obra evocaba eso: ¿Decir qué? Pues muchas cosas: se lo digo al cielo, te lo digo en secreto, no te lo digo, quisiera decirlo...