El nombre... Suzette Kaiser-Lenoir no es artista, pero se ha rodeado toda la vida de ellos. Todos la reconocen, e incluso le guardan mucha gratitud: pintores, escultores, músicos...
Todas las artes... Aunque ejerció poco, Suzette se recibió de profesora de Literatura. Pronto se dedicó a otra cosa: tuvo galerías junto a su marido Cloy Patiño Correa, quien falleció en 1999, y una boutique donde unió a diseñadores, artistas y amantes del arte.
Comprometida... Junto a su marido dio forma, a lo largo de los años, a una de las colecciones privadas de arte más grandes de la provincia. Además, siempre se preocupó por sponsorear actividades e instituciones: museos, orquestas, cines...
Reconocida... Compra piezas desde los 19 años, pero confiesa que nunca hizo un inventario de lo que tiene. En su casa de la Quinta Sección hay obras por todas partes: tanto es así, que ya no le quedan paredes vacías. Con Estilo recorrimos este impresionante archivo.
Un homenaje: Cuando murió su esposo, reconocido abogado y galerista mendocino (la sala del Colegio de Abogados y Procuradores de Mendoza lleva su nombre), la Orquesta Filarmónica le hizo un homenaje en el Auditorio Ángel Bustelo. Los artistas también pusieron su parte: entre ellos, guarda esta obra en gran formato de Daniel Ciancio, que colgó en la pared de la escalera de su casa.
Artes decorativas. En su casa hay arte expuesto en todas las paredes, como vemos, y muchas piezas apiladas que esperan un lugar también. Pero, además de los marcos, también hay joyas de otros tipos que no pasan desapercibidas: como estas sillas y mesa francesa, de finales del siglo XVIII, que originalmente fue un escritorio y ahora es mesa de comedor.
Suzette, junto al arte: Durante los años que tuvo su boutique, los artistas siempre estuvieron cerca colaborando con ella. Este cuadro de Chiavazza (quien también la ha retratado) nombra las dos ciudades que más ha visitado Suzette. "Las que son mi base fuera de Mendoza, y a las que siempre volveré", asegura: Nueva York y París.
La música también: Cuando se le pregunta por su relación con la música, se le viene a la cabeza una gran mesa tendida. Es la imagen que elige para aludir a la infinidad de agasajos que dio en su casa después de conciertos: un clásico de las tertulias mendocinas. "Les doy de comer. Es la forma que tengo de agradecerles", dice entre risas Suzette.
Obras tempranas. "Tengo buen ojo", reconoce sentada en uno de los sillones. "Aquí hay muchos cuadros que son obras tempranas de artistas muy reconocidos: un Antonio Sarelli de cuando él tenía 22 años, un Osvaldo Chiavazza de su primerísima época", dice, mientras señala esta última pieza. También señala una de Fernando Rosas, que tiene colgada junto a una foto suya en la que imita la posición del dibujo.
Mochilera: Ella se presenta como una mujer desacartonada y aventurera. Tanto es así, que a sus 74 años todavía se embarca en viajes mochileros, parando en hostels y llevando poquísima ropa en el equipaje: así recorrió intensivamente Armenia, Georgia, Turquía... y la lista seguiría mucho más. Tiene también un sueño: crear bibliotecas en bloques al aire libre y en zonas alejadas, donde los libros puedan usarse, llevarse y a la vez donarse.
