El origen. Incluso antes de recibirse de arquitecto, se interesó por la filosofía, la guitarra y la fotografía. Su tesis fue un proyecto para casas de personas en situación de calle, pensadas escuchando discos de Pity Álvarez y cumbia.
Los libros. La sociología, la semiótica, la psicología, la política y la filosofía comparten el espacio en el que Mauricio construye su ficción estética, a veces salpicada de ironía y sarcasmo, pero siempre crítica.
El artista. "La obra sale sola y se combina con esa manera de interpretar el mundo exterior agitado con lo del interior". Su obra "El compró globos, recibirá globos" sintetiza justamente ese pensamiento presente.
Cinco autores. La muestra - La imagen ardiendo reúne a 5 artistas visuales: Andrés Fontana, Alfredo Marón, Silvana Valdivia, Luis Vázquez y Mauricio Waisman; los PVC (Pensamientos Visuales Contemporáneos).
La foto
Cámara y luz. Este aparato estenopeico es como un objeto de culto para él. Representa un juego estético en el que se corre riesgos: la foto no se puede chequear, sólo aparece impresa.
Obra nueva. Foto de la Villa 31 con el cartel de fondo "La ciudad somos todos los que la vivimos". Es la fuente de inspiración para un montaje que actualmente se puede ver en galería Santángelo, parte de la muestra del colectivo artístico PVC.
Brasilia. "La Fallida Tierra de Nunca Jamás" de 2011, retrata el paisaje humano y físico de los márgenes marchitos de la capital brasileña. Un proyecto intuitivo inspirado en sus fugas de un seminario. Quiso recorrer lo que no te muestran las giras turísticas.
Instinto animal. Su primera obra conceptual es una fotografía de 2011 exhibida en la galería de la UTN. Es el montaje de objetos en el que se ve a un perro (el suyo) que mira a otro perro en la televisión.
Banda de sonido. Un entrenador de rugbier a los 15 años le hizo escuchar rock sinfónico y marcó una bisagra. Ahora, la música y los instrumentistas - los bateristas especialmente - representan parte de los elementos que definen sus proyectos artísticos.
