El origen... Juan Gavras Quintero nació en Junín (Buenos Aires), en 1984. Su infancia está marcada por el cómic y los dibujos animados. Creció con "Las Tortugas Ninja", "Thundercats", los discos de Nirvana y las películas de ciencia ficción.
Salto creativo... Se inicia en el dibujo y la escultura inspirado en muñecos y escenografías barriales. Cursa el profesorado de Artes Visuales en San Rafael. Luego ingresa en la facultad de Artes y Diseño UNCuyo.
De exportación... Su obra hoy forma parte de colecciones privadas de bodegas y particulares de Estados Unidos, España, Francia, Corea, Alemania, Ecuador y Portugal. Integra el staff de la galería Mundo Nuevo.
Cosmovisión... Trabaja con materiales reciclados de piezas industriales. Gavras los adapta a su poética fantástica, relacionada con el mundo cine y la animación. Hombre y máquina se compenetran en una búsqueda.
Manos. Dos extremidades esculpidas en metal nos reciben a la entrada del taller, detrás del patio materno, en uno de los barrios del oeste mendocino. Esa suerte de obra post apocalíptica, se aferra a la pared vidriada por donde se filtra la luz de la tarde.
Martillo bola. El panel de herramientas de Gavras es mitad heredado, mitad inventado. Allí cuelgan las sierras, pinzas y serruchos que pertenecían a su padre y abuelo. Una curiosidad: el martillo bola, un invento propio de Juan para darle forma al metal.
Dos dimensiones. Además de las esculturas, los dibujos son tan codiciados como sorprendentes. En ellos se destacan personajes que navegan entre la nostalgia y el futuro. Frecuentemente, el artista envía sus versiones a color a la galería Mundo Nuevo, de Buenos Aires.
Obra homenaje . Actualmente, el escultor está realizando un panel especial. Será el que señale el "Paseo Di Benedetto", que pronto se inaugurará en el predio de la Nave Cultural como homenaje al autor de "Zama". "Para las víctimas de la espera", señala Juan.
La chispa. En cada punto, busca dar forma a su universo: uno que incorpora a "la maquina" como fuente de fantasía e intervención de lo maravilloso. De ella se desprende una especulación inocente (y a la vez irónica) de las ilusiones humanas.
El principio. Apenas tuvo conciencia, Juan empezó a esculpir escenarios para sus muñecos. De ese pasado sobrevive entrañablemente una escultura iniciática, realizada en madera.
Moby Dick. Gavras no descansa en su afán creativo. Ahora, mientras se ocupa en restaurar diferentes esculturas públicas, prepara una nueva muestra. Ya tiene la temática y algunas figuras. "Se va a llamar Reviviendo a Mellville", aclara.