El nombre
Ernesto Suárez nació en un humilde barrio de Guaymallén en 1940. A los 24 años decide dedicarse a la actuación y comienza un arduo camino en el teatro popular independiente, con obras en espacios públicos.
Salto a la fama
En plena dictadura militar deja el país y se exilia en Ecuador, donde crea el elenco El Juglar y se desempeña como docente en la Universidad Nacional de Quito. A su regreso a Mendoza, en los 80, funda el Teatro El Taller.
Escena
Con más de 22 obras como actor y director continúa trabajando y siendo un referente del teatro. En 2015 debuta en el cine con Camino a La Paz y gana el premio SAGAI, a mejor actor revelación, entre otras distinciones.
Actualidad
Hoy sube al teatro Independencia con Don Quijote… o todo lo que imaginamos es cierto con su elenco El Taller, que fue distinguido con el Premio a la Trayectoria de Colectivo Teatral Región Nuevo Cuyo.
La foto 360°
En lo simple está el secreto
No hacen falta grandes vestuarios, ni costosas escenografías para que Ernesto Suárez cree un mundo de ficción irresistible, de risa y de reflexión.
En la foto, un baúl que guarda parte del vestuario y la utilería de su obra Don Quijote… El juego escénico, el humor y la creatividad son parte de la técnica que enseña a cientos de artistas.
Regreso a casa
En los camarines del Centro Cultural posan dos retratos del maestro. Una foto de El Flaco tomada por el fotógrafo Coco Yáñez, en 1985, cuando,regresó a Mendoza, luego de su exilio en Ecuador.
El registro de un rostro y expresión única, que en sus miles de horas sobre el escenario, sabe conquistar y divertir al público.
Hormiguero de las tablas
El Flaco fundó el espacio y elenco El Taller, con el que continúa hasta hoy. Mauricio Fábrega, Miranda Sauervein y Daniel Encinas son parte del grupo que lleva adelante la sala en la Sexta Sección.
“Con los chicos de El Taller nos une la libertad, el deseo de crear, somos una familia,. Elegimos la hormiga como símbolo de trabajo, el reflejo del esfuerzo colectivo”.
Distinciones
En sus 54 años de carrera cosechó múltiples reconocimientos a nivel nacional e internacional. En 2010 se le otorgó la Distinción Legislativa General José de San Martín, por su labor en la cultura mendocina.
“El teatro es todo para mí, es mi camino, mi lucha, mi esperanza, mis ganas de seguir, mi espacio”, asegura.
Mirada pícara
Portador de un rostro inconfundible, su nariz pronunciada, su pelo blanco revuelto y ondulado, y las marcas del tiempo que rodean su mirada tierna e inquietante, son parte de su personalidad que no pasan desapercibidas.
En uno de los baños del centro cultural, una fotografía de sus ojos es parte del decorado.
Actor 2.0
Para El Flaco lo material es efímero. Quienes lo conocen saben de su simpleza. El mismo espíritu libre y sencillo que caracteriza su manera de hacer teatro, lo comulga en la vida cotidiana.
Nada de lujos. En su bolsillo lleva un viejo celular, roto y obsoleto para los tiempos de WhatsApp. Si querés comunicarte con él, lo tenés que llamar.