El nombre... Daniel Fermani es dramaturgo, novelista, poeta y docente. Se recibió de profesor de Letras de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNCuyo y marchó a perfeccionarse a Italia, donde fue periodista e indagó en las poéticas teatrales contemporáneas.
En Italia... también fundó la Compañía de Teatro Experimental Los Toritos, con la que sigue trabajando actualmente en nuestra provincia. Aquí ganó también el Certamen Literario Vendimia de Dramaturgia dos veces: en 2007 y 2008.
Prolífico... Ha escrito novelas (como "Tratado del amor urgente"), poemarios ("Poemas escritos por una mano cortada"), ensayos y más de diez obras de teatro, entre ellas "El escorpión blanco", "Argentina Infierno Siete", "Trans Antígona sexual" y "Hamlet la caja negra".
"El teatro... me salvó la vida", admite. En su última obra, "Yocasta es una señora irascible", retrató a la mujer detrás del mito, confrontando un texto poético y espeso con la técnica de la danza butoh. Recientemente también presentó su último libro, "Escuela de la noche".
La foto
Tres padres
¿Tenés un libro preferido? “Hamlet”, contesta Daniel Fermani, sin dudarlo. En su casa hay bibliotecas por todas partes.
Y en una de ellas, tiene la reproducción de un famoso grabado de William Shakespeare, además de un pequeño Quijote y una foto del director y teórico teatral polaco Jerzy Grotowski. Tres faros espirituales.
La poesía
En su jardín, una mujer parece resurgir desde un lugar desconocido y profundo. Él imagina que ese mármol blanco es Alfonsina Storni.
Una diosa, una poesía: “De vos tengo lo mejor que a un hombre / el destino común le ha concedido: / los sueños incumplidos, la secreta ilusión. / No hace falta tu nombre, / te bautizo cada día, cada día te olvido”, escribió Fermani en el poema “Elegía del perdón”.
La loba capitolina
La cultura clásica se respira en cada rincón de su casa. Es que, además de ser un estudioso de la mitología griega y latina, vivió muchos años en Italia, donde fue redactor para Latinoamérica de la ANSA (Agenzia Nazionale Stampa Associata). No volvió a ejercer el periodismo desde entonces.
Toritos peruanos
Los colecciona, porque Fermani también es un apasionado de la cultura peruana. Y le llama la atención especialmente la tradición de los toritos de Pucará: vigorosos, adornados, enloquecidos.
Los tomó como un símbolo de esta tierra latinoamericana, y cuando fundó una compañía de teatro experimental en Italia le puso este nombre. La Compañía Los Toritos todavía produce obras.
Mascarón recuperado
Cada vez que se enteró de la demolición de un edificio antiguo, fue hasta allí para rescatar los ornamentos. ¿Nostálgico de un mundo donde la preocupación por la belleza estaba en cada cosa de la vida cotidiana? En su casa hay molduras y mascarones salvados, literalmente, de la basura.
Cultiva tu jardín
Como el Cándido de Voltaire, él cultiva su propio jardín con esmero y esperanza: allí ha sido pensado cada metro cuadrado. También adorna las esculturas que tiene, tal como hacían los antiguos.
Y al igual que Cicerón defiende este aforismo: “La felicidad está en tener una biblioteca y un jardín”. Por eso derribó la pared de su living y puso un vidrio: para poder ver las dos cosas al mismo tiempo.
El teatro
Fermani ha estudiado y escrito sobre Grotowski. Como él, cree que “el teatro puede ser un camino hacia el conocimiento de uno mismo, hacia el propio espíritu.
Y trasciende incluso al mismo teatro, por eso yo sigo su filosofía. Más que una técnica teatral, él habla de un teatro donde uno se entrega ‘como un santo’”, explica.
