Cada vez que la Fórmula 1 llega a Brasil es imposible no recordar a Ayrton Senna, quien en 1991 consiguió una victoria épica ante su público.
La segunda fecha del calendario 1991 se disputó en Brasil, Ayrton Senna tenía una gran presión, ya que en los ocho años que llevaba en la Fórmula 1, nunca había podido ganar en el Gran Premio que corría de local.
Senna partió desde la primera posición, todo el tránsito de la carrera había sido normal. El brasileño era el líder cómodo sobre el resto del pelotón. Pero a siete vueltas del final un problema en la caja de cambios del McLaren-Honda MP4-6 lo dejaba solo con la sexta velocidad. Pero nada iba a detener el sueño de Senna de ganar en su país.
En esos siete giros, el piloto paulista hizo un gran esfuerzos para adaptarse rápidamente a las condiciones del auto. Momentos después de lograr la victoria, los auxiliares de pista le acercaron la bandera de Brasil que solo pudo sostenerla unos metros, ya que se le había acalambrado el cuello y los brazos.
La gente en las tribunas desbordaba de felicidad, gritando por su ídolo. La primera victoria de Ayrton en casa, no pudo ser más épica, emocionante y emotiva.