“No pasa nada, quedate tranquilo”, le contestó Onelio Ramón Garay (76) a su hijo Iván cuando este lo dejó en la Terminal del Sol y le pidió que tuviera especial cuidado. Allí “Lele” se tomó el micro para ir a ver a su querido Huracán al estadio José Castro de Palmira.
Con su camiseta del Globo debajo de una camisa blanca, se bajó en la Ruta 50, cruzó la calle y se ubicó en el lugar asignado para la delegación de Huracán Las Heras.
Lo que no imaginaba “Lele” es que horas más tarde su vida iba a estar en peligro. Y que a su hijo lo volvería a ver alrededor de las 19:30 en la guardia del hospital Perrupato de San Martín, con un cuello ortopédico, su cabeza partida (recibió diez puntos de sutura) y acusando un fuerte dolor en el pecho producto de la reanimación cardiopulmonar que le realizaron.
“Lele”, socio vitalicio y el “hincha más viejo que tiene Huracán” -tal como lo mencionó Aldo Bolado- fue una víctima más de los fascinerosos que le siguen ganando batallas al fútbol.
Corría el minuto 24 del segundo tiempo cuando la angustia se apoderó de la tribuna Sur del estadio jarillero. Onelio cayó desplomado en uno de los escalones y desde el banco de suplentes del Globo salieron disparados a pedir asistencia. Luego de unos instantes de incertidumbre, el árbitro Nelson Benítes detuvo el juego.
En un principio se barajaban dos hipótesis: una que había sufrido un posible ataque cardíaco, y la otra que un piedrazo lanzado desde afuera del estadio jarillero había impactado en la cabeza del simpatizante de Huracán.
Ante la inadmisible ausencia de una ambulancia, que llegó media hora después, el doctor Alejandro Suvire, médico del Globo lasherino fue el primero en auxiliar a Onelio.
Tras realizarle reanimación cardiopulmonar (RCP) quienes asistían al hombre pudieron taparle la herida para que dejara de perder grandes cantidades de sangre y fue trasladado al Hospital Perrupato de San Martín. Más Deportes estuvo en el nosocomio y logró dialogar con “Lele” antes de ser trasladado al hospital Privado de Ciudad.
-Onelio, ¿fue un piedrazo?
-Sí, fue un piedrazo.
-¿Cómo sucedió?
-Sentí un golpe fuerte, me mareé y caí al suelo.
-Después de esto, ¿va a seguir yendo a la cancha?
-Sí, yo a Huracán lo voy a seguir hasta el día que me muera.
