A la mesa de conducción del PJ mendocino se sentarán tres personas. Una es la joven Florencia Décima; los otros dos son dirigentes de experiencia en la rosca partidaria: Carmona y la vicepresidenta segunda Patricia Fadel.
Décima tiene 27 años y es la menor de cinco hermanos. Es joven, pero su voz y los cachetes de su cara la hacen parecer aún más. Su vocación política despertó con la militancia estudiantil por un lugar para los kioscos en los festejos de la semana de los estudiantes en Maipú.
El espacio que la impulsó al segundo lugar de la conducción partidaria está conformado por un cúmulo de organizaciones kirchneristas lideradas por La Cámpora, aliadas a lo que queda de la vieja Corriente peronista que lidera discretamente un viejo zorro del PJ, Carlos Ciurca.
A pesar de las diferencias de edad y experiencia, Décima tiene absoluta sintonía discursiva con lo que viene pregonando Carmona: "Tenemos que construir un frente bien amplio con muchas organizaciones; lo que nos tiene que unir es estar en contra de este modelo neoliberal de Macri y de Cornejo".
Aunque muchos la vinculan con La Cámpora, ella no proviene de allí: "Es importante destacar la grandeza de la compañera Anabel Fernández Sagasti de dejar protagonizar a otros dirigentes que no son de la Cámpora", dice.
Es licenciada en Ciencias Políticas egresada de la UNCuyo, sin embargo no militó en esa universidad. "Seguí en la militancia territorial. Tenía que elegir para estar abocada bien a un espacio", explica.
Su vocación militante nació en el secundario, en los ya míticos festejos del día del estudiante en Maipú. Pero la inquietud política no viene de su familia, como tampoco el "gen peronista". Es más confiesa que en su casa había cierta sensibilidad demócrata o, en última instancia radical.
En 2017 fue precandidata a concejal de Maipú en la lista de Unidad Ciudadana, enfrentando al oficialismo de los hermanos Alejandro y Adolfo Bermejo en las primarias abiertas; al final, el PJ logró meter solo dos concejales.