Centro para Pereyra es un argumento más que válido e interesante si sabe explotarse. El Flaco es muy difícil de marcar en las alturas, maneja bien los brazos, además protege bien la pelota de espaldas al arco. No vamos a descubrir nada del delantero que supo seducir al mismísimo Diego Maradona, quien lo convocó a la Selección.
De hecho es el goleador de Independiente. Pero éste debe ser un recurso, una variante, quizá la más importante, pero el error es en usarlo de manera sistemática.
Pero todo tiene una ‘causalidad’ como explica el mismo Profe Córdoba. ¿Cuál? Independiente no tiene juego asociado en corto para romper por adentro, no es capaz de filtrar una pelota por la poca (casi nula) movilidad de sus delanteros y tampoco pone en cancha futbolistas con la capacidad de romper por afuera.
Si vas a buscar a Pereyra, tenés que que ponerlo de frente al arco, tirar centros que pongan en situación favorable al centrodelantero. Es decir, hay que desbordar. Centro sin desborde es un regalo para los marcadores centrales. Y en este aspecto hay una grosería en la conformación del once titular de ayer, un equipo sin juego por la bandas.
Daher ni Abelairas tienen como virtud romper en velocidad por afuera y, para completar este feo planteo, Córdoba paró cuatro marcadores centrales en la línea de fondo. Es decir que sumar los laterales al ataque no tenía sentido alguno.
Y los cambios (el DT metió los tres antes de los 20’ del complemento) sólo sumaron caos en un equipo que pedía a gritos todo lo contrario: armonía y tranquilidad.
Nunca se entendió el planteo original del Profe y mucho menos la idea de las variantes. Sin embargo lo pudo ganar en el epílogo. Pero mejor así. La victoria podía usarse para ocultar la mugre bajo la alfombra.
Una racha que parece no tener fin
La causalidad por la que Independiente está último en la tabla de posiciones y anteúltimo en los promedios tiene que ver con esta seguidilla nefasta: ganó un partido de los últimos catorce que jugó en la categoría. Hay que salir ya.